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Cláusulas gatillo: algunas reales, otras no

Incluidas en los acuerdos más importantes cerrados hasta el momento, no todas se activan de manera automática

09 mayo de 2017

Las cláusulas gatillo se instalaron este año como una herramienta para evitar que, en un escenario todavía inestable, un incremento inesperado de la inflación deje retrasados los porcentajes de incremento salarial pactados en las paritarias. Sin embargo, no todas las cláusulas incluidas en los acuerdos firmados hasta el momento son estrictamente cláusulas gatillo ?si bien se mencionan en esos términos?, dado que no aluden a un reajuste automático de salario, sino a un compromiso para retomar el diálogo entre las partes en caso de que hiciera falta. Así lo explica un informe publicado ayer por el Observatorio del Derecho Social de la CTA.

Teóricamente, la cláusula gatillo refiere a que en el caso de que la inflación aumente inesperadamente y quede desfasada respecto de los aumentos salariales pautados, éstos deben reajustarse automáticamente. La Asociación Bancaria fue el primer sindicato en cerrar este año un acuerdo con una herramienta de este tipo. La organización que conduce Sergio Palazzo acordó que, “para la eventualidad que el nivel general del Índice de Precios al Consumidor publicado por el Indec del año 2017 supere el 19,5% acordado, la parte empresaria, se compromete a incrementar en forma automática la diferencia sobre el porcentual antes referido retroactivo al mes de enero 2017”.

A diferencia, en el acuerdo de Comercio el único compromiso asumido por las partes es el de reabrir una nueva instancia de negociación en caso que se presenten variaciones económicas que rebasen el 20% de aumento consensuado. El aumento que se dará en ese caso estará sujeto a tres condiciones previas. En primer lugar, a que se abra dicha instancia de negociación en octubre de 2017 o enero de 2018; en segundo lugar, a que se llegue a un acuerdo sobre la existencia de variaciones económicas; y en tercer lugar, a que se acuerde ajustar los salarios con un nuevo porcentaje compensatorio.

“La de Comercio es una cláusula de reapertura de la negociación, esto quiere decir que no se aplica automáticamente si no que yo tengo que convocar a la otra parte y la otra parte tiene que sentarse a renegociar, y la experiencia que se tuvo en muchos casos el año pasado es que los empresarios no quisieron hacerlo”, dijo en diálogo con este diario la especialista en derecho laboral y ex secretaria de Trabajo Noemí Rial.

Por otra parte, la Unión Obrera de la Construcción Argentina (Uocra), otro de los sindicatos de mayor envergadura del país, cerró un acuerdo del 21% en dos cuotas que incluyó también una “cláusula gatillo”. Según explicaron a este diario desde la organización que dirige Gerardo Martínez, la cláusula “es automática, pero con acuerdo de porcentaje”. Si bien el detalle del texto no está disponible aún, por estar pendiente la homologación del Ministerio de Trabajo, desde la Uocra señalaron que esto significa que se cubre la diferencia inflacionaria en caso de que exista, pero que también puede negociarse una recuperación que exceda la brecha

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