Con el fin de encontrar una alternativa al precio pagado a los productores, en los últimos meses algunas entidades lanzaron la propuesta de avanzar en la conformación de consignatarias lácteas, una suerte de mercado concentrador del producto.
El gobierno de Santa Fe estuvo trabajando en este sentido, y espera poder empezar a comercializar leche bajo esta modalidad en los próximos meses. Pedro Morini, secretario de Lechería de esa provincia explicó a El Economista que “va a ser un consorcio que se encargará de comercializar la mayor cantidad de leche posible de cooperativas, pooles, productores asociados y eso va generar un precio de referencia para que el productor pueda vender su leche”. Será algo así como el mercado de Liniers para la hacienda o la Bolsa de Cereales.
La experiencia a nivel internacional es interesante. La mayor cooperativa láctea del mundo y la que establece los precios de referencia internacional es la neocelandesa Fonterra, que trabaja bajo esta modalidad. También ocurre en Uruguay con Conaprole y en Estados Unidos donde el 97% de la leche se comercializa a través de cinco consignatarias lácteas.
“Estimo que no vamos a estar más allá de 30 a 60 días haciendo las primeras operaciones con las consignatarias” asegura Morini. Agrega que fue necesario generar primero la masa crítica para buscar los socios y convencer a las instituciones. “A la industria por ahí no le va a gustar”, reconoce Morini, pero explica que ésta se va a desligar de la logística y varios factores “que hoy están complicando la situación, por eso van a bajar los costos de la industria”, remata.
