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Algunas sugerencias para reducir la pobreza

El sistema impositivo, el rol de la educación, el tipo de cambio y el proteccionismo deberían ser los ejes de “Pobreza Cero”

19 mayo de 2017

Por Eliana Scialabba & Leandro Moro

Luego de la regularización de las publicaciones oficiales en materias de estadísticas económicas y sociales, el debate sobre el nivel de pobreza se ha instalado en la agenda pública como uno de los principales flagelos de la sociedad.

En este sentido, se han ensayado numerosos planes de contención social, a los efectos de paliar esta situación, y ofrecer una posibilidad de mejorar la calidad de vida de aquellos que no logran adquirir por sus propios medios una determinada canasta de consumo básica.

Sin embargo, la implementación de políticas de transferencias al sector privado, la cual se aceleró en los noventa, ha fracasado rotundamente, de manera que a la vez que se aumentaban los planes de “empleo”, se fijaba un piso cercano al 20% de pobres en el país, con severos picos en épocas de crisis, alcanzando el 47,3% durante la hiperinflación del '89, o del 54,3% en el 2002, de acuerdo a los datos de la EPH relevada por Indec.

En este sentido, es necesario realizar un diagnóstico de los determinantes de esta situación, si se pretende efectivamente intentar reducirla, dándole un carácter más serio que su mera mención en las campañas electorales.

Al llevar a cabo este análisis, es necesario hacer foco en lo que define a la pobreza: se considera pobre al que su restricción presupuestaria no le permite satisfacer necesidades físicas que le permitan un nivel adecuado de vida. Por lo tanto es necesario identificar las cuestiones básicas que causan esta restricción presupuestaria.

 El sistema impositivo

La capacidad de consumo de los agentes de la economía viene dada por su ingreso disponible, lo que implica que podrá gastar su dinero en sí mismo y en su familia, luego de pagar impuestos. Esto es importante porque en Argentina, la carga impositiva a los sectores más frágiles tiene un peso relativo descomunal.

Desde el vamos, las familias que dedican todo su ingreso a consumir, pagan el 21% en concepto de IVA. Si el mismo se encuentra en una situación de empleo formal deberán hacer aportes personales al sistema de seguridad social en el orden del 17%.

En los contextos inflacionarios, a lo cuales estamos muy habituados, las estimaciones del BCRA sobre la pérdida de poder adquisitivo vía reducción de saldos reales (impuesto inflacionario) son de aproximadamente 10% para las personas de los primeros deciles de ingreso. Es decir, que en suma, una persona en situación de pobreza dedica (como mínimo) la mitad de su ingreso a pagar impuestos.

Gasto público y devaluación

El déficit casi ininterrumpido de las últimas décadas ha producido permanentemente la apreciación del tipo de cambio real. El proceso de financiamiento del agujero fiscal con emisión monetaria en contextos de tipo de cambio fijo, llevó numerosas veces al Gobierno a tener que devaluar la moneda, para recuperar el tipo de cambio de equilibrio, depreciando el valor de la moneda nacional respecto del dólar, lo que dispara automáticamente los precios de los bienes transables, entre los cuales se encuentran los alimentos. En este sentido, se vuelve a ver afectada la restricción presupuestaria de las familias, vía aumento de precios de los bienes.

 Proteccionismo

SI bien la protección de la industria local apunta a proteger los puestos de trabajo de los residentes, en el mismo sentido, logra un fin opuesto.

La restricción al comercio internacional genera dos efectos contrapuestos: los aranceles incrementan el precio de los bienes en el mercado local, lo que deriva en un efecto similar al anterior apartado en la restricción presupuestaria familiar, y de la misma manera que desalienta la competencia, generaefectos redistributivos desde las familias a las empresas, dado que estas últimas elevan su margen de beneficio.

Educación

Las teorías de crecimiento más actuales, ven al capital humano como una de las principales variables explicativas del aumento de la riqueza. En este sentido, el decadente nivel de capacitación de la mano de obra, genera que al ver deteriorada su productividad, los agentes perciban menores salarios reales. Esta situación se agrava por la diferencia entre escuelas públicas y privadas, lo que genera una diferencia en el nivel educativo, que más tarde impacta en el nivel de ingreso, condenando de ésta manera a la exclusión de los menos educados.

Consideraciones finales

En definitiva, parece difícil reducir el número de pobres cuando sistemáticamente se los exprime a impuestos, se les venden los productos más caros del mundo, no se le garantiza una educación de calidad que en el futuro le genere posibilidades, y donde además frecuentemente se les deprecian los salarios reales de manera abrupta.

Por tal, es necesario tener en cuenta estas cuestiones a la hora de hacer política económica, si en verdad existe consenso sobre la importancia de los niveles de pobreza en el país y si  queremos un cambio orientado principalmente a aquellos niños y familias que hoy viven en una situación indigna.

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