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“Sería positivo que las fuerzas políticas hagan más acuerdos”

"A muchos nos gustaría más celeridad en los avances, pero también está el riesgo de chocar con la agenda política", advirtió Ricardo De Lellis

05 abril de 2017

Entrevista a Ricardo De Lellis Socio director ejecutivo KPMG Argentina

El Economista dialogó con Ricardo De Lellis, socio director ejecutivo KPMG Argentina, sobre el World Economic Forum (WEF), que comienza hoy en la ciudad de Buenos Aires y tendrá a KMPG como uno de los main sponsors y, además, sobre los desafíos del país en un escenario complejo como el actual.

La ocurrencia del evento ya es un dato en sí mismo pues no hubiera imaginado que se realizara hace 3 o 4 años?

Estoy de acuerdo. No se hubiera producido. Además, va a batir el récord de asistencia y eso revela un interés. También hay destacar la presencia activa de funcionarios, que le darán una trascendencia es correcta. Además del evento que comienza hoy, Argentina va a tener una serie de eventos internacional, como el G20 en 2018, que no son casuales. El mundo mira nuestros pasos con interés. Es como cuando abrís un negocios: nos podemos quejar que todos están mirando y nadie comprando, pero sería peor si nadie mirara. También hay que mirar para adentro y mirar, por ejemplo, si tus precios están un poco caros. Es una oportunidad. Hay que tener paciencia. Son procesos largos.

En KPMG van a hacer un evento, en simultáneo con el WEF, en el que harán eje en la infraestructura. ¿Por qué eligieron ese issue?

Aprovechamos la visita y el interés de los inversores extranjeros. Hemos invitado a Guillermo Dietrich, ministro de Transporte y confiamos en que suscitará mucho interés.

¿Hay lugar para la inversión privada?

Argentina tiene un déficit obvio en su infraestructura. Más allá de lo que está en marcha y todos conocemos, como el Plan Belgrano, son tantas las cosas para hacer que hay espacio más allá del sector público. La inversión privada es fundamental por el expertise y el financiamiento. Son todas piezas de un mismo rompecabezas. Hay que lograr que empiece a rodar el círculo virtuoso en el que generas confiabilidad, bajas las tasas de interés y amplías el universo de inversores interesados. La tasa interno de retorno se incrementa cuando sube la imprevisibilidad y la incertidumbre y los riesgos en general. Si atenuás eso, baja la tasa de retorno. EE.UU., Europa y otros países están poniendo mucho foco en su infraestructura. Hay que generar atracción.

¿Cómo se hace eso?

Algunos ortodoxos dicen que les hubiera gustado más control sobre el gasto y menos endeudamiento porque te retrasa el tipo de cambio y demás. Algunos otros dicen que habría que haber sido más gradualistas y que con algo más de inflación hubiéramos salido más rápido de la recesión. Yo creo que hay seguir una agenda y hay que ponernos de acuerdo en la orientación. Después opinamos sobre la velocidad. Un inversor ve con preocupación la agenda y la debilidad de las instituciones, aun, más allá de las mejoras como tener estadísticas confiables nuevamente. Hay que trabajar en diversos frentes y hay varias cosas que se están haciendo, como los acuerdos sectoriales que está proponiendo el Gobierno. A muchos nos gustaría más celeridad, pero también está el riesgo de chocar con la agenda política y volver al kilómetro cero. Estar adentro siempre es más complejo.

¿Qué tema falta en esa agenda económica que señala?

El sector privado tiene que poner en la agenda la cuestión de la competitividad, que tiene diversas aristas y genera mucha sensibilidad porque ya hemos hecho de todo y la mayoría de las veces lo hicimos mal. Eso queda grabado. Decís “abrirse al mundo” y te hablan de neoliberalismo. Hablas de “orden” y te tildan de represor. Eso no nos puede condenar a repetir los mismos errores. Hay que aprender de ellos y mirar para adelante. Hay un tema que sobresale en la competitividad y es la inflación. Afecta todas las variables económica y es el enemigo número uno de la competitividad. Y no es fácil salir de allí porque está inserta en nuestra cultura, y eso también es la herencia. No puedo concluir algo distinto si vemos que casi todos los países del mundo, excepto unos pocos, ya han resuelto el tema. Y hace algunos años discutíamos cuál era su origen. Hay que solucionar el problema y avanzar en la agenda con otros temas como la productividad, algo que tanto cuesta.

El eterno retorno del corto plazo?

Sí, porque ahí juegan las expectativas políticas. Y no digo de hablar de la Argentina de 2120 sino mirar un poco más adelante.

¿Cuánto mejor estará la economía en 2017?

Va a mejorar. Después tenés una visión optimista, que te dice que vas a crecer 2% o 3% y otra pesimista, que dice que vas a terminar igual que en 2015. Eso sí: no va a ser pareja para todo el mundo. No vamos a saltar a la abundancia. Va a ser muy lento. Lo que no debemos hacer es volver para atrás. Eso sería malo. No veo otra salida que un proceso lento y gradual con mucho trabajo. Y sería positivo un mayor acuerdo entre las fuerzas políticas. Estamos ante una elección legislativa, pero parece una presidencial.

Es que muchos inversores quieren ver qué pasa?

Tenés razón, pero tenemos que conspirar menos contra nosotros mismos cuando les decimos a los inversores que es como un referendo del rumbo del país y una determinada política. Y después lloramos sobre la lecha derramada. Como sociedad deberíamos aprender algunas cosas porque nos solemos mostrar muchos peores de los que somos.

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