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Santa Cruz, Buenos Aires y Jujuy, las que tienen más problemas fiscales

Según un informe de Federico Muñoz & Asociados en base a datos oficiales de Hacienda

27 abril de 2017

El Ministerio de Hacienda acaba de difundir los datos fiscales acumulados de las provincias hasta septiembre de 2016 y un informe de Federico Muñoz, difundido ayer, los desmenuza y llega a una conclusión que, admite el autor, parece contraintuitiva. “La situación fiscal del conjunto de las provincias puede calificarse como saludable”, dice.

Los números no mienten. “La deuda pública provincial sigue siendo baja (aun después de las emisiones masivas del último año) y el resultado financiero del consolidado de los distritos en 2016 fue prácticamente equilibrado en un contexto recesivo”, explica.

Mientras la mitad de las provincias mostró un déficit fiscal en el acumulado de los tres primeros trimestres de 2016 y la restante mitad obtuvo un superávit, “el resultado fiscal consolidado registró una leve mejoría: el déficit representaba 2,1% de los ingresos en 2015 y cayó a 1,1% en los tres primeros trimestres de 2016”.

Sin embargo, Muñoz desliza una crítica, y no menor. “Si bien la situación fiscal de las provincias dista de ser inquietante, es innegable que el tamaño de los estados provinciales subió de manera excesiva durante la era kirchnerista y que también se ha incrementado demasiado la presión tributaria subnacional, con especial incidencia de un impuesto dañino y distorsivo como es Ingresos Brutos”, explica. No es desconocido que el crecimiento del empleo público en los 2000, por caso, estuvo concentrado en las provincias, el nivel del Estado que más personal emplea. En efecto, el gasto primario de las provincias pasó de 9,7% del PIB en 2003 a 15,8% en 2015.

Las ovejas negras

Sin embargo, incluyendo la CABA, hay 24 distritos subnacionales y la situación dista de ser homogénea. “Dentro de este panorama general, diríamos que hay tres casos puntuales en los que la situación fiscal sí es motivo de preocupación: Santa Cruz (en emergencia financiera, por la inviabilidad del esquema económico gestado durante el kirchnerismo), Jujuy (con un déficit abultado y una deuda relativamente elevada, aunque -por ahora- sin problemas de financiamiento) y Buenos Aires (cuyos indicadores fiscales nos dan cuenta de un desorden alarmante, pero no deja de ser una provincia condenada a proveer bienes y servicios públicos de muy baja calidad por la discriminación flagrante que padece en el reparto de fondos federales)”, dice Muñoz.

Y agrega: Jujuy no sólo presentó el mayor rojo fiscal de 2016 sino también el mayor ratio deuda/PBG de 2015 mientras que Santa Cruz (así como Chubut) “muestran rojos fiscales preocupantes, aunque con menor deuda que los jujeños”. De todos modos, sostiene, “la actual emergencia financiera santacruceña invita a pensar que, quizás, las cuentas públicas oficiales que difunde Hacienda subestiman sus problemas de caja”.

La madre de todas las batallas

Sea por criterios retributivos (PBG y población) o redistributivos (población pobre), Buenos Aires merecería al menos 37% de las transferencias federales a provincias y, sin embargo, su coeficiente en el régimen de coparticipación es 21,7%. “Además, dada la progresiva reducción de su participación en otras partidas (básicamente, la licuación de su cuota en lo que alguna vez fue el Fondo del Conurbano Bonaerense) termina recibiendo apenas el 19% de los giros automáticos de la Nación a las provincias. En otros términos, Buenos Aires recibió en 2016 transferencias automáticas de apenas $6.100 federales por habitante, mientras que Nación giró a las restantes provincias más del triple, un promedio de $18.800 anuales per capita”, dice Muñoz. El año pasado, María Eugenia Vidal presentó ante la Corte un reclamo por la falta de actualización del Fondo del Conurbano y, según los rumores, el Máximo Tribunal podría emitir pronto un fallo favorable a la provincia en ese reclamo.

¿Demasiada deuda?

Desde marzo de 2016, agrega Muñoz, doce provincias tomaron créditos en Nueva York por un total de US$ 10.500 millones cuando, a fines de 2015, los pasivos provinciales totalizaban US$20.200 millones. “A primera vista, ese volumen de emisiones luciría exagerado”, dice Muñoz, aunque aclara: “Habrá que esperar a que se difundan los nuevos datos oficiales de stock de deuda pública provincial para comprobar qué porción de las nuevas emisiones financió déficit y cuánta sirvió para cancelar pasivos y mejorar el perfil de la deuda”.

Reforma bienvenida

Dentro del plan de reformas y racionalización de la economía que ha encarado la gestión Cambiemos, aventura Muñoz, “sería deseable que avance la discusión de una nueva Ley de Responsabilidad Fiscal que ayude a bajar el peso de los estados provinciales sobre el sector privado, y que se promueva una reforma tributaria que reduzca sensiblemente la incidencia de Ingresos Brutos”. Esas reformas, considera, “constituirían dos pasos importantes en el largo y tortuoso camino de recuperación de la competitividad y la pujanza que ha comenzado a recorrer la economía nacional”. El debate arrancó y la discusión no será fácil. Continuará?

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