Hay algo que ya no se discute: en 2017 la economía va a mostrar una recuperación respecto a lo registrado en 2016. Pero grandes nubarrones aparecen cuando la discusión pasa a una nueva instancia: ¿Se lo podrá llamar crecimiento? ¿Será sostenible? Para la consultora LCG, la clave de un crecimiento sostenible pasa básicamente por uno que se dé en un nuevo contexto macroeconómico, que propicie algunas condiciones en particular: una “mayor competitividad, energía suficiente, estabilidad de precios relativos, tasas de interés, etc”. Y en base a semejante definición, en su último informe quincenal, publicado ayer, afirma: “Siguen sin sentarse las bases para garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo”.
Para muchos analistas recién se podrá hablar de “crecimiento" cuando la actividad haya terminado de recuperar los niveles de 2015. Entre ellos se destaca el hombre del Frente Renovador, Marco Lavagna. Seguramente para alcanzar ese nivel en la medición per cápita hará falta más de un año, dicen otros.
LCG, en cambio, aunque sólo prevé recuperación, se atreve a mencionar la palabra crecimiento. Sostiene así prever un “crecimiento en torno a 3% interanual para 2017, que se sostiene en primer lugar en un mayor dinamismo del consumo a partir de nuevas paritarias y cierta recuperación del empleo (que implicarían un crecimiento de 1,4 puntos porcentuales en la demanda agregada), en segundo lugar en el impulso fiscal en un año eleccionario (0,6 puntos del PIB) y en tercer lugar algo de crecimiento del agro”.
