El jefe de Gabinete, Marcos Peña, sostuvo hoy que el populismo "es una amenaza" para la democracia en América latina y afirmó que la región enfrenta el desafío de entrar en un proceso de "integración y crecimiento, sin retórica, y avanzando rápidamente".
Al exponer en la jornada de cierre del Foro Económico Mundial sobre América latina, celebrado en Buenos Aires, Peña señaló que para encarar esa tarea "hay claramente intereses que deben modificarse y adaptarse".
Dijo que "ha habido muchos ganadores económicos con la idea de una región cerrada, sin competencia y que no se anime a salir al mundo", pero advirtió que "eso también trae como consecuencia la falta de empleo, la pobreza y la falta de desarrollo".
El Jefe de Gabinete destacó los pasos que están dando los países del Mercosur y de la Alianza del Pacífico en busca de un camino de integración. Sostuvo que "hemos hablado con el BID y la CAF sobre la importancia de poder iniciar un proceso interactivo y de dialogo" entre los países de la región.
Apuntó que ello debe darse "no sólo a nivel de Gobiernos, sino también entre los sectores privados y la sociedad civil". Peña subrayó que es necesario trabajar prioritariamente "para generar empleo de calidad y sustentable con el medio ambiente", lo cual exige debatir "en qué tipo de mundo queremos vivir".
Peña consideró también que "los valores democráticos frente a todas estas amenazas populistas que pueden poner en riesgo" a los sistemas políticos.
Por otra parte, el Jefe de Gabinete agradeció a las autoridades del Foro Económico Mundial por haber elegido a Buenos Aires para realizar su evento de América latina: "Fue muy importante ser sede de esta reunión".
Peña compartió el panel de cierre junto al fundador y presidente del Foro Económico, Klaus Schwab. También participaron el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckim Filho; el director ejecutivo de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni; el titular de BT Group, Michael Rake; el presidente de IRSA, Eduardo Elsztain, y el titular de JA Worldwide, Asheesh Advani.
A lo largo de dos jornadas el evento convocó a alrededor de 1.200 líderes, representantes de más de 60 naciones, 10 de ellas de América latina, y se ha transformado en la reunión latinoamericana más grande que ha realizado la organización, según destacó la directora de su edición regional, Argueta de Barillas.
