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Es momento de reducir posiciones en pesos

Ir reduciendo la participación de los activos en pesos, a pesar de las tasas que ofrecen, luce como lo más prudente

26 abril de 2017

El autor es Head de Estrategia y Research de Puente

En los últimos años la política monetaria de los bancos centrales de los países desarrollados, con la Reserva Federal de EE.UU. a la cabeza, llevo los rendimientos de los activos libres de riesgo a niveles cercanos a cero, e incluso en muchos casos a niveles negativos. La caída en los rendimientos de estos bonos arrastró al rendimiento del resto de los activos, a medida que los bajos rendimientos iban impulsando a los inversores a tomar mayor riesgo en la búsqueda de mantener los retornos esperados en los niveles históricos.

De esta manera, cuando históricamente un inversor podía obtener retornos del 3% al 5% a través de bonos del Tesoro de EE.UU., hoy para lograrlo es necesario invertir en bonos corporativos, asumiendo riesgo de crédito, o bien extendiendo plazos más allá de los diez años, asumiendo riesgo duration.  De esta manera, es difícil encontrar rendimientos superiores al 7% en activos internacionales que no estén asociados a compañías con potenciales problemas de liquidez o solvencia.

En este escenario, donde los inversores están prácticamente obligados a tomar riesgo para obtener rendimientos, el mayor desafío pasa por elegir cuál es el riesgo que se elige asumir en la búsqueda de retornos. En esta búsqueda, se identifican tres factores de riesgo principalmente: riesgo duration, asociado a la tasa de interés, donde la Fed empezó a jugar un rol fundamental; riesgo de crédito, asociado a la capacidad de repago de deuda que tenga el emisor, ya sea corporativo o soberano, y riesgo de crecimiento, que afecta mayormente a las acciones y compañías más riesgosas, cuyos retornos dependen mayormente de la capacidad de generar ingresos de las compañías, los cuales están estrechamente relacionados al crecimiento de la economía.

En este contexto, el riesgo crédito se presenta como el más atractivo para buscar rendimientos, y por tal razón los bonos corporativos, tanto de grado de inversión como de alto rendimiento, y los bonos soberanos de países emergentes ocupan la mayor porción en la recomendación de un portfolio internacional. En particular, los bonos argentinos son los más atractivos para buscar mayores retornos, y los bonos corporativos con grado de inversión para buscar rendimientos con protección.

A su vez, incorporar bonos del Tesoro de EE.UU. que ajustan por inflación (TIPS), y una participación en acciones aportan al portafolio cierta cobertura para evitar caídas importantes en escenarios de aumento de aversión al riesgo, o de expectativas de una aceleración en el crecimiento económico global, haciendo que el inversor pueda

transitar el plazo de inversión con menores sobresaltos.

Para el armado de un portfolio de activos argentinos, ante la apreciación que viene mostrando el peso en los últimos meses, ir reduciendo la participación de los activos en pesos, a pesar de las altas tasas que ofrecen, luce como lo más prudente. En contraposición, los bonos provinciales y corporativos con vencimientos entre 2021 y 2026 son una muy buena alternativa de asumir riesgo de crédito, ofreciendo tasas atractivas junto con protección a una depreciación del peso.

Finalmente, las acciones del sector financiero, entre las que se destacan las del Banco Francés, las del sector de petróleo y gas, con YPF a la cabeza, y las del sector inmobiliario, donde IRSA ofrece las mejores oportunidades, son instrumentos ideales para buscar retornos más importantes en el mediano plazo.

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