conflictos sindicales se redujeron 5% en el primer trimestre de 2017 en relación con el cuarto trimestre del año pasado y 8% si se lo compara con el mismo período del año anterior, según un relevamiento del Observatorio del Derecho Social (ODS) de la CTA Autónoma. “Esta caída se explica principalmente por una reducción en los conflictos del sector público, que en gran medida fue compensada por un crecimiento de los conflictos del sector privado y, fundamentalmente, por aquellos que involucran a trabajadores de ambos sectores o a multisectoriales, y a asalariados informales”, indica el informe de la central que lidera Pablo Micheli.
En el sector público la baja en la cantidad total de conflictos se relaciona con la menor tensión entre los estatales y los gobiernos de la órbita municipal y el nacional, que en el primer trimestre de 2016 habían registrado los valores más altos de colisión del último lustro. Por su parte, los roces con los gobiernos provinciales se mantuvieron en el mismo nivel del año anterior.
En lo que respecta al sector privado, se vivió un trimestre de tensión aunque dentro de los valores promedio de los últimos períodos: los conflictos del trimestre alcanzaron los 83 casos y registraron un aumento del 11% con relación al último trimestre del año pasado y de casi el 30% en comparación interanual. Con esta cifra retornan a los niveles de 2011-2015, que habían abandonado con la llegada de Cambiemos al Gobierno.
Al observar los motivos de los conflictos en el sector privado, el estudio relevó que el 56% de los reclamos se originó por situaciones de crisis (despidos, suspensiones o deudas salariales), mientras que sólo el 16% estuvo vinculado a recomposiciones salariales.
Relacionado con los orígenes de los diferendos, el trabajo destaca que este año se registraron menos paros en las fábricas, pero crecieron sustancialmente (53%) las manifestaciones gremiales en la vía pública, los cortes de calles, de rutas y en forma muy significativa los piquetes en la puerta de los establecimientos productivos. “Este fenómeno probablemente esté asociado a la limitación de la huelga como medida de fuerza idónea para responder a un contexto de crisis económica”, señaló Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social.
El dato es coincidente con los resultados de los relevamientos de cortes de calle que realiza la consultora Diagnóstico Político, que para el primer trimestre del año contabilizó 954 piquetes, más de la mitad realizados en marzo.
En términos cualitativos, el pulso de la conflictividad laboral del primer trimestre de 2017 estuvo signado por la agudización de las hostilidades que se evidenció con las grandes movilizaciones de marzo, la visibilización de multisectoriales que lanzaron medidas de fuerza conjuntas y la irrupción del triunvirato formado por las organizaciones sociales (CTEP, CCC y Barrios de Pie), que potenciaron los reclamos de los trabajadores informales.
