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Con precios caros, aconsejan tomar posiciones seguras

Los expertos pronosticaban que una vez que la Fed subiera las tasas, el dólar se fortalecería y las Bolsas se derrumbarían.

20 marzo de 2017

Con los precios por las nubes en casi todos los activos financieros, los mercados acaban de superar inalterados una nueva suba de tasas de interés en EE.UU. y se aproximan al Brexit (el quiebre de la relación económica entre Gran Bretaña y la Unión Europea) como si nada fuera a suceder.

La Reserva Federal de los Estados Unidos subió el miércoles pasado su tasa base (overnight, por préstamos a un día de plazo) de 0,75% a 1% anual. Ese movimiento, según venían diciendo los expertos, iba a fortalecer al dólar y a darle una estocada a las Bolsas y a las materias primas pero sucedió todo lo contrario: el dólar retrocedió, los commodities siguen firmes y las acciones persisten, volando, con cotizaciones en las alturas.

A quince días del Brexit, los mercados le dijeron “no al súper dólar” y la semana pasada el dólar perdió 0,6% contra una canasta de monedas: bajó 1,9% contra la libra esterlina (moneda que supuestamente se iba a caer como un piano), achicó 1,8% contra el yen y declinó 1,5% contra el real, 1,2% contra el franco suizo, 0,6% contra el euro, 0,3% contra el chileno y apenas bajó 0,1% contra el yuan.

El único lugar del mundo donde el dólar subió fue en Argentina: con un atraso cambiario formidable, entrando divisas al por mayor vía blanqueo, toma de deuda pública, cobro de cosecha y vuelo de capitales golondrina, el billete verde tuvo un alza del 0,2% en Buenos Aires la semana pasada, al terminar el viernes a $ 15,83 el tipo de cambio oficial, $ 16,07 el blue y $ 15,59 el mayorista.

Con el freno global del dólar, el precio del petróleo se mantiene adormecido en la zona de los US$ 49 debido a que la súper producción del fracking está venciendo a la cinchada de la OPEP, pero el resto de las commodities apuntó para arriba: las onzas de oro y plata van saliendo del pozo, los metales básicos recibieron el Presupuesto Trump y despegaron, y los granos fueron para Argentina lo mejor de todo, ya que después de bajar 18% en los últimos nueve meses pudieron recuperar nada menos que 5% en Rosario. Con dólar débil y con commodities sostenidas, los bonos del mundo respiraron aliviados. Los inversores entendieron el mensaje de la titular de la Fed, Janet Yellen, quien prometió que la suba de la tasa testigo del mundo capitalista irá subiendo, pero de manera muy gradual (este año, además de la suba de la semana pasada, habrá otras dos subas y no tres, en 2018 también habrá tres escalones y lo mismo en 2019), dándole a los mercados globales el tiempo necesario como para desapalancar el enjambre de dinero prometido que hay por todas partes.

En ese sentido, a pesar de tener en Argentina una inflación que sigue alta, con los gremios enardecidos para no perder ni una milésima de ingreso, con paros generales y marchas por venir, los bonos argentinos no retrocedieron ni un milímetro, siguen firmes, casi sin cambios desde hace un mes. Eso si: lo que está firme es el promedio, ya que intrabonos la selectividad es extrema, con ventajas y desventajas por doquier y un mar de elementos a analizar, sobre todo ahora que el Ejecutivo quiere prorrogar por uno o dos meses el blanqueo de capitales.

Pero lo que ocurrió en las Bolsas fue lo más estridente de todo. Analistas de todo calibre, incluso el Premio Nobel Robert Shiller, vienen advirtiendo que el precio de las acciones está sobre comprado, que el mercado ya tiene síntomas de exuberancia irracional, como calificó el ex titular de la Fed Alan Greenspan y sin embargo la semana pasada los índices bursátiles siguieron para arriba: la Bolsa de Santiago de Chile subió 3,7%, México mejoró 3,2%, Buenos Aires subió nada menos que 2,8%, Madrid 2,4%, Frankfurt 1,1% e incluso Nueva York ganó 0,4%. Las únicas que retrocedieron fueron las de Tokio 0,4% y San Pablo 0,7%.

¿Por qué se está dando este mercado global tan particular? Los analistas afirman que este resultado de corto obedece a que la Fed desarma la bomba con mucha destreza y opinan que ayuda bastante la desconfianza que le tienen los inversores del mundo a Donald Trump. En general, creen que sus iniciativas le darán una estocada a la economía norteamericana, pero lo cierto es que desde que está en la Casa Blanca la actividad se reanimó y EE.UU. retira incentivos financieros mientras que Europa, Japón y otras regiones mantiene el bombeo artificial, comprando bonos en masa y emitiendo moneda de manera sistemática.

¿Hacia donde pueden ir las cosas? La incertidumbre manda, por lo que los expertos entienden que casi todas las cotizaciones están en máximos y aconsejan a sus clientes tomar posiciones conservadoras, cautelosas. Repiten que nadie se arruina por tomar ganancias. En estos niveles hay poco por ganar y mucho por perder, por lo que subirse a una Lebac o a una Lete puede ser en este momento el mejor de los caminos.

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