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Los radicales decidieron desboblarse en Santa Fe

La convención provincial de la UCR acordó mantener el Frente Progresista a nivel local, pero acepta el avance de Cambiemos

30 marzo de 2017

Los radicales santafesinos persisten en su doble pertenencia. En el Frente Progresista Cívico y Social, a nivel local. Y en Cambiemos, a nivel nacional. Para mantener la calma partidaria y, ecuación mediante, también ganar terreno. Ese fue el saldo de las últimas semanas de discusiones internas y de la convención partidaria de anoche, en la ciudad capital. Un difícil equilibrio entre las partes que se pretende mantener en pie.

En esa política de alianzas en dos frentes, el partido mantendrá su larga confluencia con el Partido Socialista, que data de 1995 y que les permitió ser cogobierno en la provincia desde 2007. Con menos participación de la esperada, dicen algunos dirigentes. Y, a su vez, asumirá la estrategia nacional del partido, que promueve unificar la pertenencia a Cambiemos para la elección a diputados nacionales. La Convención Nacional del lunes, en La Plata, ratificará ese rumbo ya definido.

Frentes

El Gobierno Nacional necesita que su principal socio en Cambiemos “fidelice” su pertenencia en las elecciones de medio término. En Santa Fe logró acuerdos importantes para ello. De hecho, los dos dirigentes más importantes de la fuerza en la provincia, el intendente de la ciudad capital y presidente nacional del partido, José Corral, y el diputado Mario Barletta, antecesor en el comité, están consustanciados con esa apuesta.

Y propiciaron la integración de la mesa provincial de Cambiemos. Pero ese camino tuvo resistencias internas. En especial, de parte de los dirigentes que integran, como funcionarios, la gestión del gobernador Miguel Lifstchitz. Por caso, el vicegobernador Carlos Fascindini y el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, encuadrados en la corriente Nuevo Espacio Organizado. Otro espacio que hizo lo suyo para mantener el Frente es el Movimiento de Acción Radical, que se referencia en los dirigentes Julián Galdeano, Jacinto Speranza y Santiago Mascheroni. Ambos sectores se sienten ganadores de la convención de ayer que se llevó a cabo en la sala Gobernador Aldo Tessio, del comité provincial.

El hecho de que no se voten legisladores provinciales generó condiciones para que esa estrategia fuera posible. En agosto y octubre se elegirán autoridades de 315 comunas y concejales en 52 ciudades, y ahí el Frente Progresista tiene mucho para defender, radicales incluidos. Mientras que para competir por las nueve bancas a diputados nacionales la opción radical será Cambiemos. El interbloque oficialista pone en juego cinco escaños de las nueve que tiene entre los santafesinos. Tres pertenecen al PRO, una a la UCR y la otra al Partido Demócrata Progresista. Entre los escaños que se vencen están los de Luciano Laspina, presidente de la estratégica comisión de Presupuesto y Hacienda; y del propio Barletta. El presidente Mauricio Macri hizo más de un guiño para que Corral fuese su candidato. Barletta también aspira a encabezar la lista.

Tensiones

A pesar de la decisión, el panorama en las dos grandes ciudades de la provincia sigue abierto. Rosario está gobernada por los socialistas desde 1993 y fue el bastión del gobernador Lifschitz y del diputado nacional Hermes Binner. Santa Fe, en tanto, tiene pertenencia radical desde 2007, con Barletta primero y luego con Corral. En ambos casos necesitan de una buena elección para evitar los sobresaltos en los respectivos concejos deliberantes. Si se mantiene el acuerdo en esas ciudades (lo más probable, a partir de los aprobado ayer), el Frente Progresista podrá mostrar cierta fortaleza. Si, en cambio, forman parte de las excepciones admitidas, el futuro de la alianza, más allá de los pronunciamientos formales, estará en riesgo. Sobre todo, de cara a las elecciones a gobernador de 2019.

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