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Los inversores desensillan y buscan posiciones seguras

Pronostican que China crecerá menos, ven que las iniciativas políticas de Trump quizás no se concreten, el petróleo y otras commodities anotan bajas. Las Bolsas volvieron a la zona roja.

22 marzo de 2017

Lentamente, en línea con lo que vienen advirtiendo los principales bancos de inversión internacionales, los mercados del mundo van abandonando la volatilidad que vienen mostrando desde hace dos meses con los precios en una cumbre, duplicando y triplicando valores de hace dos años, y los inversores empiezan a desensillar del riesgo y van tomando posiciones cada vez más cautelosas.

La corriente se vio ayer con claridad en los dos principales mercados bursátiles norteamericanos: la Bolsa de Nueva York anotó descensos del 1,2% al 1,9% en sus índices principales, la mayor baja para un días desde que Donald Trump sorprendió al mundo ganando la elección presidencial de EE.UU., en 8 de noviembre pasado, con caídas del 3% al 4% en Goldman Sachs, Caterpillar y JPMorgan. Y la Bolsa de San Pablo mostró un duro descenso de casi 3%, con derrumbes del 6% al 9% en algunas empresas muy grandes como Vale y Usiminas.

En Buenos Aires la debilidad fue bastante más moderada. El índice Merval retrocedió 1,3%, aunque con más volumen de negocios. Hubo algunos papeles que se salvaron, como Quickfood, Juramento y Aluar, que subieron entre 2% y 4,7%, pero de fondo hubo achiques del 2% al 6% en compañías como Gas Natural, Camuzzi, Petrobras Brasil, Colorín, Grimoldi, Mirgor, Patagonia, Ledesma, TGS, TGN, Morixe, Metrogas, Tenaris, Cuyana e YPF. Y debe hacerse notar que muchas de estas bajas fueron con alto volumen negociado y con los peores precios del día al final de las operaciones. Además, entre los ADRS argentinos que cotizan en Nueva York, hubo subas del 1,7% para Nortel, pero después se registraron bajas del 1% al 3,5% para Ternium, Francés, Globant, Tenaris, TGS, Pampa, YPF, Bunge y Cresud.

El clima pesimista, con los especuladores bursátiles desensillando del riesgo y tomando posición en bonos, sobre todo los bonos más sólidos (el precio contado de los bonos de EE.UU. estuvo tan firme que la tasa a diez años retrocedió de 2,62% a 2,42% anual, la menor de este año) estuvo ligada a varios factores, esencialmente informes que indican que el crecimiento de China se va ralentizando, la sensación de que las reformas de Trump irán muy lento o directamente no podrán salir y con una producción de fracking que sigue doblegando a la OPEP y poniéndole un techo al precio del petróleo.

En realidad, la tibia postura de la Reserva Federal, el miércoles pasado, subiendo la tasa de interés pero planteando un horizonte de dos años con un aumento muy gradual de los intereses, generó una menor sensación de fortaleza del dólar. De hecho, el billete verde volvió a bajar ayer de manera consistente contra el euro, la libra y el yen, a apenas siete días del Brexit, lo cual hace suponer que durante abril la debilidad del dólar puede acentuarse todavía más.

En América Latina, sin embargo, el dólar estuvo algo más firme. Subió apenas en Brasil y en México. Y en Argentina estuvo ligeramente en baja: el oficial cedió dos centavos, hasta $ 15,92, y el blue retrocedió siete centavos, hasta $ 16,13, con el dólar mayorista achicando de $ 15,66 a $ 15,62. Pero el resto de las monedas estuvieron para arriba contra el peso: el euro subió siete centavos (hasta $ 16,87) y la libra subió 17 centavos (hasta $ 19,48).

La debilidad del dólar en América Latina tiene que ver con el clima bajista que está imperando en las materias primas. El barril de petróleo volvió a achicar precio (hasta US$ 48,20) y volvió a su peor cotización de noviembre último a esta para. En metales básicos hubo clima firme para níquel, aluminio estaño y plomo, pero el cobre anotó una fuerte baja de casi 2%. Y en Chicago la soja logró defenderse, pero el maíz bajó 0,5% y el trigo achicó casi 1%.

La corriente de inversores buscando refugio seguro se vio con mayor intensidad en los mercados asiáticos. El dólar bajó a su peor nivel de cuatro meses contra el yen, y los inversores volvieron a apostar por las onzas de oro, plata y otros metales preciosos: la tasa de EE.UU. no es suficiente para contrarrestar su inflación y muchos tenedores de capitales prefieren subirse a una balsa segura y ver desde afuera lo que se espera sea una fuerte toma de ganancias que podría venir en abril o mayo, ya que este año se vería un escenario en el que el“sell in may and go away (venda en mayo y vayase a otra parte) puede llegar a adelantarse.

En Argentina este clima tiene otro agregado. La Universidad Di Tella acaba de confirmar que la inflación sigue muy firme. El BCRA dejó la tasa de los pases en el 24,75%, pero el resto de las tasas son negativas. Se vienen ahora días de paros y pruebas testigo para la resolución de los piquetes. El merado empieza a comprender que incluso la deuda del Banco Central, que es el organismo más ordenado de este Gobierno, supera con amplitud el total de las reservas, lo cual lentamente también va minando la confianza de los inversores.

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