Según un informe del Ieral, la pobreza podría reducirse del 30,3% actual a 26,8% hacia 2019 e incluso a 25,4% si la economía crece a una tasa mayor al 3%, se focalizan mejor las políticas sociales y se imprime un sesgo más federal del crecimiento.
Según los cálculos del economista Gerardo García Oro, en un escenario de crecimiento moderado de la economía (al 2,5 % anual), la tasa de pobreza podría bajar de 30,3% actual a 26,8% en 2019, considerando el impacto positivo del cambio de ciclo económico sobre el empleo, los salarios, la informalidad y la capacidad fiscal del Estado para apuntalar las partidas de gasto social. Esto implicaría que 1,5 millones de personas dejen de estar en situación de pobreza. Por otra parte, la indigencia podría contraerse hasta 4,4%, con lo que poco más de 400.000 personas saldrían de esa condición en todo el país.
En caso de un ritmo de crecimiento algo mayor (3,5% anual), los logros sociales serían más significativos, con una tasa de pobreza que podría descender a 25,4 % en 2019 (más de 2,1 millones de personas lograrían salir de la pobreza) y una tasa de indigencia que podría ubicarse en el 4,1%.
Para García Oro se podrían obtener avances más contundentes con políticas que favorezcan la inclusión laboral de jóvenes y mujeres con personas a cargo y también con reformas que promuevan la formalidad laboral y la productividad. Asimismo, un mayor dinamismo en las economías regionales versus el conurbano bonaerense podría potenciar esos logros y deparar una baja más pronunciada de los indicadores de pobreza.
Según señaló, actualmente en Argentina casi 8 millones de personas se desempeñan en puestos de baja calidad y retribución, y en muchos de estos casos los ingresos laborales se caracterizan por una importante fragilidad e inestabilidad ante cambios del ciclo económico. “Estos casos se asocian directamente a hogares en situación de pobreza”, señaló.
Por otro lado, consideró que el contexto económico actual presenta un margen lo suficientemente amplio como para imaginar que la estrategia de recuperación del empleo que acompañe al ciclo económico pueda fundamentarse en el desarrollo productivo del interior del país.
