por Mariano Cúparo Ortiz
El Indec publicó el viernes pasado los datos de actividad de diciembre y dividió las lecturas de los especialistas. Según el informe, el año pasado cerró con una caída del PIB de 2,3%, aunque con un repunte de 1,6% en el último mes del año en la comparación desestacionalizada con noviembre, lo que daría la pauta de que se profundizó la tendencia al rebote, tras haber tocado su piso en octubre. Además, el cuarto trimestre dio una mejora de 0,9% respecto al tercero, lo que si bien, contrario a lo que afirmó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aun no implica una salida oficial de la recesión que se prolongó durante todo un año, sí indica la llegada de cierto repunte.
Para los más optimistas, entre los que se destaca Dujovne ?quien dijo que “la recesión en Argentina se ha terminado”?, este repunte es el principio de un crecimiento sostenido. Para los más escépticos, se trata apenas de un incipiente cambio de tendencia que no llega a ser perceptible para los trabajadores. Y para muchos el gran problema es que la mejora sería temporal, como todas las mejoras que se registraron en años impares electorales (ocurrió en el 2011, 2013, 2015 y volvería a suceder en el 2017).
Mirada
Todo depende de a qué distancia se pose la mirada. Si se mira la línea temporal desde muy cerca, las noticias son excelentes. Si se mira desde lejos y se percibe la trayectoria de la línea en los últimos cinco años, se ve que ya hubo crecimientos similares pero que, tal como dijeran varias veces desde el Gobierno, hoy no hay más PIB que en el 2012. ¿Qué hecho objetivo haría que este repunte sea distinto y definitivo?
Sostenible
El ex economista jefe de Analytica, Martín Polo, publicó un tweet que iba acompañado con un gráfico y la leyenda “la V de piña y recuperación”. El gráfico mostraba una caída del índice del EMAE desestacionalizado desde 148 puntos en diciembre a 143,7 en septiembre y luego una recuperación breve y sostenida hasta 147,6 en el último trimestre. Pero yendo más atrás también se podía
ver una línea irregular con subidas y bajadas. Es decir: volatilidad.
Para el economista jefe de Economía & Regiones, Diego Giacomini, “la discusión no es si se cortó la recesión”. “El punto es entender que no se va a crecer en serio y que muy probablemente haya caída del PIB per capita en 2018 y 2019. No están dadas las condiciones para un crecimiento en serio”, sostuvo. Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres y Asociados, opinó: “La economía está estancada desde 2011 y hay movimientos solamente en años electorales. Por ahora hay una economía estancada con fluctuaciones. Pero creo que 2017 va a ser mejor para el bolsillo que 2016”. Vale destacar que para Ferreres en enero la economía volvió a crecer 0,2% contra diciembre.
¿Se siente?
Muchos consideran que el fin de la recesión no implica una mejora en el bolsillo de la mayoría.
El último panorama semanal de Federico Muñoz y Asociados, si bien celebró los nuevos datos porque implicarían al fin la salida de la recesión, destacó la paradoja de que junto con los datos positivos “se está resintiendo el humor social”. Y amplió: “La prensa sugiere que las encuestas políticas capturaron un retroceso marcado en la imagen del Gobierno. Es muy probable que la retracción haya estado asociada a cierta incomodidad generada por el programa Precios transparentes y a las repercusiones por el Correo “. Finalmente, una de las críticas más resonantes vino por el lado de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien en Twitter publicó una comparación de las declaraciones de Dujovne con las que dijera el ex ministro de Economía Domingo Cavallo hacia el principio de la larga crisis de fines de los '90 que cerró con el 2001-2002. En una nota publicada en La Nación, el ministro decía en junio de 1996: “Se está revirtiendo el ciclo negativo”.
