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El discurso de Dujovne ante el plenario del G20

"Estamos corrigiendo los desequilibrios y a la vez protegiendo a los sectores más vulnerables", dijo el ministro de Hacienda

18 marzo de 2017

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, expuso ayer ante la cumbre de Ministros de Economía y Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales del G20, en la ciudad alemana de Baden-Baden. El titular del Palacio de Hacienda habló sobre la situación actual del país, y la creciente importancia del G20 en la economía global.

A continuación, las palabras del Ministro de Hacienda ante la sesión de trabajo “Global Economy and Framework for Growth”:

Es un honor para mí tener la oportunidad de expresar mi punto de vista acerca de la manera en que la Argentina se encuentra llevando a cabo su programa económico, del contexto económico global en el que esta cumbre del G20 tiene lugar y de la forma en que nosotros, como representantes políticos, podemos contribuir al fomento del crecimiento económico, la estabilidad y la resiliencia de la economía mundial.

Tengo la certeza de que en el contexto actual, el rol del G20 está ganando cada vez mayor importancia.

Ultimamente, somos conscientes de que se han suscitado dudas en todo el mundo en relación con los beneficios potenciales de la globalización y el comercio. El escepticismo que se ha diseminado en torno a las políticas económicas desplegadas por los gobiernos en muchas partes del mundo ha enfatizado la necesidad de que trabajemos más duro para asegurar que se distribuyan de forma equitativa los beneficios de la globalización.

Sin este objetivo común, los factores políticos tienen el potencial de llevar a la economía local y, sin dudas, global a resultados muy distintos y posiblemente con mayores riesgos. La cooperación económica internacional podría verse en dificultades si nuestros ciudadanos sienten que las decisiones políticas y económicas son ajenas a sus necesidades.

Si no logramos incluir a nuestros ciudadanos en nuestra agenda de reformas y en nuestras políticas económicas, estaríamos dándole forma a un nuevo mundo en el cual todos perdemos.

Hablo desde la experiencia. Los latinoamericanos, pero en especial los argentinos, somos los que más hemos sostenido el populismo económico y por más largo tiempo. De hecho, Argentina ha perpetrado políticas de populismo económico durante los últimos 12 años y, en la actualidad, 12 años después, queda claro que estas políticas no han sido sustentables y no nos han conducido a un crecimiento inclusivo, equitativo, sostenible y sólido.

Luego de más de una década de políticas intervencionistas, en menos de 15 meses Argentina eliminó todos los controles cambiarios, adoptó las normas de comercio de la OMC, solucionó su conflicto judicial de larga data con los tenedores de deuda en default y comenzó un proceso de convergencia para bajar la inflación por medio de la decisión de tener un BCRA independiente que persigue metas de inflación. Desde el punto de vista fiscal, el objetivo es el equilibrio impositivo y la reducción de nuestro déficit primario del 4,8% del PIB al 2,2% en 2019, alcanzando la estabilización de nuestro coeficiente de deuda respecto del PIB al 37% en 2020.

Estamos corrigiendo los desequilibrios y a la vez protegiendo a los sectores más vulnerables. A sabiendas de que estos cambios podían llegar a tener un impacto transitorio negativo, implementamos medidas para contrarrestarlo, en pos de lograr un crecimiento inclusivo hacia adelante. Aumentamos el flujo de recursos hacia los sectores más vulnerables, expandimos el número de beneficiarios de planes sociales y actualizamos el impuesto a las ganancias para hacer nuestro sistema fiscal más progresivo.

El pasado argentino es una prueba de las consecuencias negativas que puede acarrear el populismo en un país y su economía. El G20 debería tomar nota de nuestra experiencia. Por lo tanto, resulta importante que el creciente sentimiento proteccionista que estamos atestiguando en muchas partes del mundo sea abordado de forma prudente, pero con la mayor celeridad posible. Para nosotros se trata de algo mucho más grande que tan solo un ejercicio comunicacional. Nos compete a todos tomar las medidas necesarias para asegurar que los beneficios del crecimiento y los beneficios del comercio lleguen a los más pobres y los más vulnerables en todas las sociedades. Solo así podremos asegurar que nuestras plataformas económicas serán seguras.

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