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¿Cuáles son los temas que preocupan a los economistas locales?

08 marzo de 2017

por Diana Mondino (*)

Seguramente ya está cansado de los economistas. Tal vez piense que son todos iguales o, peor, que ninguno sabe nada. Lo primero a tener en claro es que todos los economistas creen que es conveniente hacer crecer la economía, mejorar la distribución del ingreso, reducir la pobreza. ¡La discusión es cómo se logra!

Quienes creen que el Estado debe generar las oportunidades de negocios o, mejor aún, ejecutarlas él mismo, suelen olvidar la necesidad de financiar la actividad del Estado. Asimismo, olvidan que el Estado como tal no existe sino que es la suma de las voluntades de muchas personas y, al no estar efectivamente controladas, surgen temas de incompetencia o corrupción. Tampoco recuerdan que sólo se pueden lograr los resultados a través de la coacción en el cobro de impuestos. Al fin y al cabo, si van a cobrar por el servicio, no habría ningún inconveniente que también lo hiciera un privado.

Por el contrario, quienes enfatizan más el rol privado, dejan de lado la coacción y buscan el intercambio voluntario. Necesariamente deben brindar un servicio que los demás valoren, ya que de lo contrario no cobrarían nada. Piensan que el Estado sólo debe tener funciones limitadas a controlar y generar reglas de juego claras.

Espero que algún día llegue la discusión sobre el equilibrio entre estas dos versiones: quién debe prestar qué servicios. La ideología puede ayudar en la discusión, pero el diablo está en los detalles. Suena bonito hacer grandes anuncios, pero luego las medidas tomadas deben ser coherentes con el objetivo declamado. A las pruebas me remito: en los últimos 10 años los resultados han sido los opuestos a lo buscado.

La preocupación por la eficiencia y costo del Estado es sólo una fracción del problema. Aún cuando fuera eficiente, brindara servicios de alta calidad, se eliminara la corrupción y muchas maravillas de Argentina Año Verde adicionales, debiéramos tener una gran preocupación por el tamaño del Estado. Dado que sólo puede financiarse con impuestos (presentes o futuros, ya que la deuda de hoy son impuestos para mañana), es requisito pensar si se puede soportar un Estado muy grande y que, por lo tanto, necesita cobrar muchos impuestos.

¿Y a quién cobrar los impuestos? La discusión sobre la progresividad de los impuestos parece estar ganada por quienes dicen que hay que cobrar más a los ricos. Sin embargo, la mayor recaudación proviene del IVA que pagamos todos y, sobre todo, la progresividad implica que si alguien mejora, estudia, se entrena y logra mayores y mejores resultados, cada vez le quedará menos

proporcionalmente de su esfuerzo. Llegará un momento en que no vale la pena seguir esforzándose. Esto es grave porque destruye completamente los incentivos a la innovación.

Otro tema en el que los economistas difieren es sobre los derechos de propiedad. ¿Cuál es el límite? Está claro que los derechos preindividuales deben ser protegidos pero ¿a qué costo? ¿Y cuáles son los elementos que interfieren? Nadie duda que un ladrón comete un delito. Pero un impuesto exagerado, un sistema burocrático, o un marco regulatorio obsoleto también están interfiriendo con la propiedad. No todos pueden hacer lo que quieren cuando lo consideran conveniente. Es un tema extremadamente difícil ya que la música que alegra una fiesta, impide dormir a los vecinos.

Sigue la lista de temas que preocupan a los economistas. ¿Quién asigna qué prioridades? ¿Con qué recursos se hace un puente, o se decide en qué provincia levantar un hospital? Un buen Congreso nacional o provincial, con un presupuesto razonable, define estas prioridades. Algún día llegaremos.

Como se ve, hay muchísimos temas en discusión, mucho más allá del tipo de cambio o la tasa de interés. En todos los casos, es esencial ver los pros y contras. No hay que creer al político que sólo hace anuncios: todo se paga. Sólo tendremos una economía ordenada cuando por fin discutamos simultáneamente quién paga por cuáles servicios. Sólo tendremos consenso entre los economistas cuando se expliciten los costos de cada propuesta.

(*) Economista de UCEMA

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