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“Argentina depende ahora de sí misma”

Alejandro Radonjic 01 marzo de 2017

Entrevista a Ariel Rajnerman, Senior economist para América Latina en Roubini Global Economics

En diálogo con El Economista, Ariel Rajnerman, senior economist para América Latina en Roubini Global Economics asegura que el repunte llegará este año, aunque advierte que no es seguro que la “recuperación pueda echar raíces estructurales y llevar a un crecimiento sostenido”. Si bien señala que el nuevo contexto global afectará las perspectivas de crecimiento para el país, remarca que “el país depende más de sí mismo que de lo que ocurra afuera”.

El Gobierno dio una señal muy importante hacia los mercados en la semana, quizás una de las más esperadas: un plan trianual de reducción del déficit fiscal primario para llevarlo a un nivel de 2,2% del PIB en 2019. ¿Cómo fue recibido eso?

La señal es muy importante ya que indica un compromiso claro con un sendero de consolidación fiscal. El mercado en general, y los clientes (inversores extranjeros) con los que me toca hablar, en particular, estaban esperando más claridad fiscal y esta noticia fue bien recibida. Hay pocas dudas a esta altura que se viene una recuperación cíclica en 2017, pero la pregunta relevante es si esa recuperación puede echar raíces estructurales y llevar a un crecimiento sostenido (algo que no vemos hace mucho en nuestro país); y este tipo de medidas son las necesarias para lograr ese objetivo, que puede transformar a los activos argentinos en outperformers en los próximos cinco años, tanto los bonos como las acciones.

¿Es cumplible el plan fiscal anunciado?

Las metas parecen mucho más alcanzables que las planteadas por Prat-Gay al principio de su mandato, que preveían un déficit 0 en 2019 (que compara con un 2.2% en las metas de Dujovne). El crecimiento es una de las variables clave ya que es un determinante fundamental de los ingresos fiscales, más aun teniendo en cuenta que no hay mucho espacio para recortar gastos si uno mira la composición del mismo: 60% del gasto primario son pensiones, salarios y transferencias a provincias (tres áreas donde será muy difícil ver recortes), 11% es gasto de capital (tampoco debería ser la variable de ajuste), el resto es mayormente subsidios a privados (23%), donde el Gobierno ? correctamente ? ha decidido enfocarse. Por ende, tanto la reducción del déficit primario, como la estabilización de la deuda van a depender significativamente de lo que pase con el crecimiento. Yo creo que 3.5% es un numero lograble, pero no necesariamente conservador. En el corto plazo va a depender mucho de lo que ocurra con la inflación este ano, ya que va a determinar el crecimiento de los salarios reales (que ya muestran una recuperación) y la evolución de las tasas (clave para la inversión). En horizontes más largos, va a depender mucho de la capacidad del Gobierno para lograr reformas estructurales (empleo, impuestos, comercio) que fomenten la inversión ? que en 18% del PIB ? sigue entre las más bajas de la región (donde promedia un 23%). Cualquier shock negativo, tanto externo como interno, va a requerir que se revisen esas metas.

¿Cómo ve el tema de la inflación? El IPC anualizado de los últimos meses está dentro de la meta, pero ahora se vienen los ajustes de tarifas, paritarias y efectos de segunda ronda por la indexación inercial que arrastra la economía?

Tal como sucedió en 2016, vamos a tener un primer semestre complicado (como afirmó Federico Sturzenegger) y un segundo semestre con una inflación descendente. Los ajustes de tarifas necesariamente van a impactar en la inflación durante los primeros meses (lo más lejos posible de las elecciones). Pero si el BCRA mantiene tasas reales positivas en los niveles actuales va a poder lograr que esos ajustes no tengan efectos de segundo orden significativos, lo que va a permitir una inflación núcleo estable y un IPC que vaya desacelerando en el segundo semestre. A parte de las tarifas, las negociaciones salariales y la depreciación del peso son elementos que pueden influir en la inflación y que el Central deberá seguir de cerca. Yo creo que difícilmente se logre cumplir la meta del 17% este año. Esperamos una inflación mensual de alrededor de 2% en promedio el primer semestre, y de 1,2-1,3% en el segundo, lo que arrojaría una inflación interanual de 21%-22% en diciembre. Para lograr una inflación de 17% anual en diciembre, se necesitaría que la inflación del segundo semestre baje a 0,7% (asumiendo 2% en el primer semestre), algo que parece muy difícil de lograr. De todas formas, llevar la inflación hacia el 20% sería un gran logro.

La última vez que lo entrevisté, acababa de ganar Donald Trump en EE.UU. y allí usted advirtió que “Argentina crecerá menos” por efecto de ello. Sin embargo, las perspectivas no han cambiado, las exportaciones subieron en los últimos tres meses y el soberano, las provincias y las empresas siguieron colocando deuda. ¿No hay efecto Trump o todavía no hay que cantar victoria?

Argentina probablemente crecerá menos de lo que podría hacerentrevista Ariel Rajnerman Senior economist para América Latina en Roubini Global Economics Por Alejandro Radonjic lo si otro fuera el contexto global. Hay que destacar que el riesgo Trump en el caso de Argentina viene más por el canal financiero que por el comercial; EE.UU. solo recibe el 8% de nuestras exportaciones, otros socios comerciales como Brasil, China y la Unión Europea son más importantes. De hecho, las exportaciones van a crecer este año debido a la recuperación en Brasil (lo que explica mayormente la suba en las exportaciones de los últimos tres meses), mayor producción del agro, suba de precios de commodities y mayor crecimiento global. En cambio, en el canal financiero, Trump y sus políticas sí van a afectar el crecimiento en Argentina. Seguimos esperando un dólar fuerte, una Fed subiendo las tasas 75 puntos básicos este año, y un desplazamiento hacia arriba de la curva del tesoro de los Estados Unidos (tasa de diez años en 3% hacia fin de 2017). Todo esto va a afectar a las tasas que paga la Argentina para endeudarse y hace el plan de gradualismo fiscal más riesgoso. Pero Argentina continúa haciendo las cosas bien en materia financiera y fiscal, en especial desde el cambio de gabinete anunciado en diciembre. Luis Caputo ha sido muy hábil en emitir deuda en enero y febrero, cubriendo más de la mitad de las necesidades financieras del país para 2017. A su vez las señales fiscales brindadas por Nicolás Dujovne ayudan a bajar el riesgo soberano y reducir el costo de financiamiento. Esto va a permitir estar mejor parados ante a un eventual deterioro en las condiciones financieras globales; de hecho, creemos que la Argentina, es uno de los pocos emergentes en los que ? a través de una mejora en los fundamentals - podremos ver una reducción de tasas soberanas a pesar de la suba de tasas en EE.UU. Todavía no hay que cantar victoria, porque no se sabe con seguridad qué pueda llegar a pasar con Trump, o el crecimiento de China. Lo que sí sabemos es que Argentina está avanzando en la dirección correcta y esto es positivo ante cualquier escenario externo. El país depende más de sí mismo que de lo que pase afuera, por eso las elecciones de octubre van a ser el evento más importante del año para el futuro del país y los activos locales.

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