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Apoyo de las pymes al proyecto sobre tarjetas

Pese a la rebaja de aranceles anunciada el viernes, las pequeñas empresas quieren que salga el proyecto varado en el Congreso.

22 marzo de 2017

Pese al acuerdo alcanzado con las tarjetas de crédito para rebajar las comisiones que los comerciantes pagan por operar con tarjetas de crédito y débito, desde el sector de las pequeñas y medianas empresas siguen apoyando que se apruebe el proyecto de rebaja de aranceles que aún está en el Congreso.

“No nos vamos a quedar afuera si algún legislador quiere impulsar algo. Si los legisladores dicen 'queremos que salga ya' y nosotros podemos aportar para que sea una buena ley, por supuesto que vamos a aportar”, aseguró a El Economista Mario Grinman, secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).

Con 134 votos a favor, Diputados dió en noviembre media sanción al proyecto que rebaja del 3% al 2% la tasa máxima que deberán pagar los comercios por las operaciones con tarjeta de crédito y del 1,5% al 1% por las de débito. La rebaja será inmediata para las pymes que facturen menos de $ 55 millones anuales y para los comercios medianos y grandes se hará en tres años: en 2017 el arancel para tarjeta de crédito será del 2,6% y para débito del 1,3%, en 2018 del 2,3% y 1,15% respectivamente y en 2019 se alcanzaría el porcentaje final.

Este proyecto se debatió ayer en la Comisión de Industria y Comercio delaCámaradeSenadores, mientras las cámaras empresarias están a la expectativa de que se acelere su tratamiento.

Acuerdo

La reactivación del debate del proyecto ocurre luego que el viernes el Gobierno anunciara un acuerdo con las cámaras de comercios y representantes de las tarjetas una baja en las comisiones que regirá a partir del mes próximo, con un máximo de 2,5% sobre los montos de las transacciones con crédito.

El acuerdo establece que a partir de abril el máximo que podrán cobrar las tarjetas a los comercios será de 2,5% por cada operación con crédito y 1,2% con débito; que en el primero caso bajará a 2,35% el próximo año y a 1,8% para 2021. En el segundo caso, el arancel comenzará en 1,2% y bajará gradualmente a 0,8% en cuatro años.

Este acuerdo no alcanza sin embargo a las denominadas “tarjetas no bancarias”, las que emiten en muchos casos los propios comercios (como cadenas de supermercados o electrodomésticos), tienen fuerte presencia en ciudades chicas del Interior y son usadas en gran parte por gente no bancarizada.

Según el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el acuerdo representará una transferencia al circuito comercial de unos $ 5.000 millones, aunque advirtió que no impactará en los precios finales al público.

Los bancos en un principio se sentían ganadores con el acuerdo porque pensaban que así habían conseguido neutralizar el avance del proyecto en el Congreso, que ahora podría reimpulsarse. Mientras tanto, apuestan a que, con una mayor bancarización, las emisoras de plásticos podrían alentar la instalación de Posnet en los comercios y a los consumidores a usar las tarjetas, con lo cual compensarían el recorte de las comisiones con mayor volumen de ventas.

La apuesta del Gobierno es que la reducción en las comisiones se traduzca en menores precios, aunque por ahora la rebaja es poco significativa. Además, siempre que los comercios consiguieron una reducción de costos, eso no se trasladó al consumidor.

Prisma

El acuerdo incluye también la desinversión de Prisma, controlante de Visa y Banelco, a cambio de que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) acceda a dar por cerrada la investigación que le había iniciado por posible abuso de posición dominante.

Prisma es propiedad de 14 bancos y es la exclusiva procesadora de las tarjetas Visa y Banelco, por lo que había sido cuestionada por su “posición dominante” en el mercado. El Gobierno estima que en dos semanas definirá si aprueba o rechaza la iniciativa presentada por la compañía y luego se habilita un proceso que puede demandar unos 90 días más.

La CNDC había presentado informe sobre el mercado de tarjetas y medios de pagos electrónicos donde señaló que “la posición dominante de Prisma se evidencia en la adquirencia y procesamiento de Visa, en la integración vertical con los principales bancos (tanto privados como públicos) y en la presencia en los distintos segmentos: red de cajeros y pagos (Banelco), pagos online (Pago Mis Cuentas) y en las barreras a la entrada de nuevos jugadores”.

Grinman aseguró que no se va a bajar la denuncia ante la CNDC porque va “más allá de la cuestión de los aranceles”: abarca también, entre otras cosas, “menores plazos de liquidación” y que “se paguen aranceles sobre cargos que no corresponden, como impuestos o intereses”.

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