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Advierten que se necesitan más políticas para paliar la pobreza

10 marzo de 2017

El presidente Mauricio Macri dijo en su discurso de inauguración de la actividad parlamentaria de este año que quiere que el gobierno de Cambiemos sea evaluado por el éxito que tenga en su combate contra la pobreza. Transcurridos 15 meses de mandato, no pareciera estar en el mejor camino para lograr una buena nota. Según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA difundido ayer, entre diciembre de 2015 y el tercer trimestre del año pasado 1,5 millones de personas pasaron a ser pobres, mientras que otros 600.000 cayeron debajo de la línea de indigencia. Especialistas en políticas sociales consultados por este diario señalaron que no basta con apelar al crecimiento económico para revertir la situación y cuestionaron el rumbo elegido por Cambiemos. “Pobreza cero queda para un lugar y el gobierno encaró para el otro”, opinó Daniel Arroyo.

Según el relevamiento de la UCA la tasa de pobreza, que a fines de 2015 era de 29% alcanzó el 32,9% en el tercer trimestre de 2016, completando un volumen de 13 millones de personas por debajo de la línea de pobreza y alcanzando el nivel más alto desde el año 2010. Por otro lado, la indigencia ?aquella situación en la que los ingresos no alcanzan para adquirir los alimentos básicos? trepó en el mismo período de 5,4% a 6,9%, afectando alrededor de 2,7 millones de argentinos.

“Durante el último año las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política anti inflacionaria y la rezagada inversión privada y pública agravaron el escenario de crisis”, señaló el titular del observatorio, Agustín Salvia, en onferencia de prensa. El estudio muestra que el deterioro de la situación socioeconómica se vincula con las tendencias del empleo: según la UCA la ocupación plena bajó de 43% a 41,4% y el empleo precario descendió de 31,9% a 30,7%. Por otro lado, el desempleo creció de 9,4% a 9,9% y el subempleo inestable saltó de 15,6% a 18%.

Por ingresos y mutidimensional

Desde una perspectiva económica, Juan Pablo Paladino explicó que el crecimiento de las brechas de indigencia y pobreza medidas en términos de ingreso “era esperable” luego de un 2016 en el que hubo un reacomodamiento de precios relativos que generó una inflación superior a los ingresos. En ese marco, consideró que “en un año como el 2017, en que no habrá un reacomodamiento tan brusco de precios relativos, es posible que los ingresos de los hogares por precio y por cantidad crezcan un poco por encima de la dinámica inflacionaria y estos índices tiendan a bajar”.

Sin embargo, Paladino explicó que si se se atiende a los estándares mundiales y se mide la pobreza a partir de una mirada multidimensional que contemple elementos como los derechos sociales, el acceso a educación de calidad, el trabajo y la vivienda digna o los servicios de salud adecuados, la expectativa cambia. “Son variables que por más que coyunturalmente baje la pobreza por ingresos, no lo vas a estar atacando”, apuntó.

Según el economista, la política social argentina ha estado durante la última década abocada a dotar de un piso de ingresos mínimos a todos los hogares del país, generando una penetración muy importante. Consideró que este enfoque “no ha cambiado sustancialmente” desde que asumió el gobierno de Macri y que “no es suficiente para erradicar la pobreza desde un enfoque multidimensional”.

El crecimiento no es suficiente Para Daniel Arroyo, exministro de Desarrollo Social bonaerense, el empeoramiento de la situación tiene que ver no sólo con la pérdida de poder adquisitivo y de empleo, sino también con que “los planes sociales están quedando muy desfasados respecto a la inflación”, lo que hace que mucha gente que percibe ayuda social esté sumida en la indigencia.

Según consideró, “el Gobierno tiene una estrategia, que es generar condiciones macroeconómicas para que vengan inversiones y eso derrame sobre el empleo, pero eso claramente no funciona”. “Conseguirá inversiones en sectores como soja, minería, sector financiero ?continuó?, pero eso no va a derramar sobre el empleo”. En segundo lugar, señaló que el Gobierno “cree de manera infantil en la idea de que el mercado acomoda: que no tiene que controlar la estructura de precios, que no tiene que haber un rol activo del Estado en los productos básicos sino que la competencia los va a acomodar”. “En un país donde no funciona eso, donde hay mucha concentración económica diría que tiene una estrategia equivocada que va a a generar más pobreza, más desempleo y más deuda”, concluyó.

Como herramientas para empezar a revertir la tendencia, el experto en políticas sociales planteó tres. En primer lugar, obra pública con mano de obra intensiva, lo que “todavía no está sucediendo y le daría trabajo a un pibe sin secundario completo en el conurbano bonaerense”. En segundo lugar, señaló la necesidad de decretar la emergencia alimentaria, controlar la cadena de definición de precios de los alimentos y volcar más dinero a los comedores. Por último, propuso instalar un sistema de crédito masivo como política social, a tasa de 5% anual. “No sólo para máquinas y herramientas para el que trabaja, sino para compensar el nivel de endeudamiento de las familias a las que la plata no les alcanza para vivir y toman crédito con el prestamista del barrio o la financiera de la vuelta”, explicó.

Estrategia de dos tiempos

Para Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social de Cippec, los hogares que están en una situación de mayor vulnerabilidad no están siendo tan eficientemente alcanzados por las estrategias que se plantea el gobierno para contener estas situación. Según señaló, el 40% de las familias más pobres no está cubierto por los distintos mecanismos de transferencia que tiene el Estado (AUH, asignaciones familiares, reducción del impuesto a las Ganancias, etcétera), a pesar de los “esfuerzos” que está haciendo la Anses junto con el Banco Mundial para encontrar a esas personas que no reciben los beneficios pese a cumplir con los requisitos para hacerlo.

Para la magíster en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo dar pasos firmes en la erradicación de la pobreza significa pensar en políticas de dos tiempos. “En el corto plazo para tener menos familias en situación de pobreza no queda otra que aumentar las transferencias de ingresos”, dijo, pero añadió que en el mediano y largo plazo hay otra serie de estrategias. “En primer lugar, es fundamental tratar de mejorar la inserción laboral de los hogares más vulnerables. No es solamente pedir que haya mejor formación de capital humano o que la escuela media se aboque más a la articulación con el mercado laboral, es también trabajar sobre la demanda laboral, generar esos puestos de empleo”.

En otro orden de cosas, consideró fundamental generar que todos los embarazos que existan en el país sean planificados. “En Argentina tenemos una tasa muy grande de embarazos no planificados ?sostuvo? y hay una íntima relación entre la tenencia de hijos y la situación de pobreza, que alimenta un fenómeno de infantilización de la pobreza”.

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