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Una espera que exaspera

13 febrero de 2017

por Eduardo De Simone (*)

En “Esperando a Godot”, una de las más celebradas obras del Nobel de Literatura samuel Beckett, el mentado Godot nunca llega. Hoy no, mañana sí, se supone. Pero no. Los protagonistas de la trama política y económica brasileña acaso sientan alguna saudade de esa pieza literaria: el crecimiento que vienen pronosticando desde hace dos años se empeña en faltar a la cita.

Los números

Casi 8% retrocedió el PIB del mayor socio del Mercosur en los últimos dos años. La industria acumula tres años de caída. En 2016 perdió 6,6% y la débil recuperación de diciembre respecto de noviembre resultó inferior a las expectativas.

A pesar de que hace pocos meses funcionarios y consultores vaticinaron el fin de la recesión, no hay elementos que permitan garantizar que esta vez la alegría volverá a ser brasileña. Todos los sondeos y previsiones de instituciones diversas debieron ser corregidos a la baja antes del arranque del año. El propio Gobierno, que elaboró un controvertido presupuesto para 2017 calculando ingresos con un crecimiento del 1,6% del PIB, redujo esa previsión a 1%. La Cepal también revisó a la baja su estimación para el año: apenas 0,5% de avance. El FMI fue más modesto en su último panorama, con sólo 0,2%. Es decir, amesetamiento en el clima recesivo, que al primer sobresalto puede transformarse en nueva caída.

La combinación de desfavorables expectativas económicas y alta tensión política desalientan naturalmente a los agentes económicos. La inversión pública no recupera dinamismo porque las denuncias de corrupción atenazan las decisiones. Y el consumo interno no encuentra condiciones para resucitar, en principio porque el gobierno del presidente Temer no lo considera un motor para crecer. La agenda oficial es otra: sucesivamente se logró la aprobación legislativa de un congelamiento de gastos estatales y se prepara una reforma en el sistema jubilatorio que aumentará la edad para el retiro, así como un programa de flexibilización laboral en un mercado con doce millones de desocupados, de los cuales casi dos millones perdieron su empleo en el último año. Y entre los reclamos que el Gobierno recibe del establishment ?con los que coincide?, el ajuste fiscal figura al tope. En otras palabras, un anticipo de más austeridad.

Impacto en Argentina

¿Qué hacer? El futuro de Brasil es vital para Argentina. Otro año de recesión en el país vecino tendría un alto impacto negativo en la economía argentina. Luego de comprobar que las señales favorables a los mercados que emitió el gobierno de Temer no resultaron suficientes para mejorar expectativas, el Banco Central de Brasil (BCB) inició un programa de baja de tasas de interés con el propósito de apuntalar el nivel de actividad. Si bien la medida disparó un leve repunte de la confianza industrial en enero último, para muchos fue una reacción tardía.

La bajísima popularidad del Presidente, con menos del 10% de aprobación según coinciden las encuestas, y la persistente amenaza de destitución que pesa sobre los más altos cargos dificultan obviamente el trazado de planes coherentes y de mayor alcance. Las crecientes protestas sociales frente al ajuste agregan turbulencias a un clima político de fuerte agitación.

En este escenario, el camino de dar mayor volumen al Mercosur y sacudir su pasividad parece imprescindible mientras se empieza a reconfigurar la economía mundial en el inicio de la era Trump. La apuesta del Mercosur no sólo debe apuntar a recuperar peso y fortaleza sino a promover negociaciones ?cuidadosas e inteligentes? con otros bloques y hasta con México, naturalmente interesado en relocalizar eventuales exportaciones que choquen con el muro de Trump.

A las urnas

Parece un camino a recorrer en tanto el objetivo común sea recuperar el crecimiento de la región, que según Cepal tendrá este año un avance de apenas 1,3%. Pero el corto plazo brasileño no parece estimulante. Analistas locales e internacionales coinciden que el panorama sólo podrá comenzar a despejarse una vez que una elección transparente ?prevista para 2018? permita encumbrar a un gobierno con una amplia e incuestionable legitimidad.

(*) Miembro de la Fundación Embajada Abierta

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