La situación del sector agropecuario tras las excesivas lluvias del verano se complica cada vez más. Así lo resaltó Coninagro, que en un relevamiento afirmó que entre el 10% y el 15% de la producción nacional corre riesgo en plena campaña 2016/17.
En primer lugar, el trabajo destacó que Santa Fe resultó la provincia más afectada por los excesos hídricos, ya que tras los temporales registró 4.000.000 de hectáreas dañadas, de las cuales 1.500.000 implantadas con soja, maíz y girasol se encuentran en estado crítico, lo que representa el 25% de la superficie productiva de la provincia. En lechería, en tanto, ya hay 1.350 tambos en situación extrema, con 150.000 vacas perdidas o con enfermedades. Asimismo, indicó que se pierden 1.800.000 de litros de leche por día, por lo cual se contabilizarán 54.000.000 de litros menos por mes. Esto, en resumen, significa una pérdida económica de US$ 1.750 millones para la zona, que en realidad serían US$ 3.500 si se suman las de abril del año pasado, cuando las precipitaciones destruyeron los cultivos del ciclo 2015/16, que se perfilaba como uno de los mejores por la eliminación de las retenciones.
En el caso de la provincia Buenos Aires, la entidad perteneciente a la Mesa de Enlace resaltó que se perdieron 5.000.000 de toneladas de soja, y calculó una cosecha total de 50 millones de toneladas, debido a que todavía hay un millón de hectáreas sin sembrar, de las cuales 300.000 son por sequía y 700.000 por inundaciones.
“El 75% de los cultivos presenta muy buenas a buenas condiciones, el 20% regulares a malas y el 5%, excelentes”, explicó, al tiempo que señaló que el avance de las labores de implantación es del 86%, con el 2,2% de la superficie muy comprometida. “La falta de lluvias se mantiene desde hace tres meses en el sur bonaerense. El problema de la escasez crítica de agua no sólo afecta al área que falta por sembrar, sino que también amenaza la continuidad del cultivo en los cuadros que se lograron implantar”, detalló el estudio.
En maíz y trigo, los números tampoco resultaron alentadores. Para el primero, se registraron de 200.000 a 300.000 hectáreas “severamente afectadas por sequía en el sur y por excesos en la franja central”, por lo que se estimó que se recortarán un millón de hectáreas; mientras que en el segundo hubo problemas de enfermedades y plagas.
Reunión oficial
Ante este panorama, funcionarios del Ministerio de Agroindustria de la Nación viajaron a Rosario para reunirse con autoridades de la Federación Agraria Argentina, que representa a los pequeños y medianos productores del sector. Los reclamos fueron varios, pero se destacó el pedido de Omar Príncipe, presidente de la entidad, que reclamó una línea de asistencia directa similar a la que se aplicó en Santa Fe para Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos y Chaco, que también se vieron perjudicados por las adversidades climáticas.
“Se aceptó nuestro planteo de que el 80% de los productores que nucleamos no están en condiciones de tomar créditos, y que los $ 500 millones de la ley de emergencia son escasos para hacer frente a los problemas”, expresó Príncipe.
Entre otras cuestiones, el dirigente pidió una nueva ley de arrendamientos para contemplar el impacto ambiental, un seguro multirriesgo para economías regionales, obras de infraestructura y “discutir el beneficio en derechos de exportación del que gozan hoy las grandes aceiteras”, ya que en el “diferencial que existe entre las retenciones que paga el poroto de soja con respecto a la harina y el aceite está el equivalente a cinco veces la ley de emergencia”.
