Pocas dudas caben de que el futuro de la economía global está en Asia Pacífico (y también, aunque sea más difícil y contraintuitivo de ver, también en Africa). La única verdad es la realidad y los números no mienten.
Según un ranking elaborado por Carta Financiera en base a datos provistos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), los 15 países más dinámicos del mundo en 2016 (y probablemente en 2017, 2018 y más allá) se encuentran en Asia y Africa. Hay una zona (ver mapa) que parece concentrar los países de mayor crecimiento global y está en el sur de China. Quizás, con el encarecimiento relativo del Gigante asiático, esos países son hoy los nuevos imanes de inversiones globales.
Un dato negativo es que América Latina se ha quedado muy atrás. El Siglo XXI parece ser el siglo de Asia. Pero no todo está perdido para nuestra región. A medida que esos países crecen, también lo hacen sus clases medias y, con ellas, cambian sus hábitos alimenticios. Como son países que no suelen tener superávit alimentarios (es decir, deben importar su comida), América Latina tiene allí una oportunidad.
No casualmente China, India y Vietnam, así como Egipto e Indonesia, ya integran el top-10 de destinos de exportación de Argentina. Los esfuerzos diplomáticos criollos deben empezar a ponderar más esa nueva realidad.
