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Las facturas de electricidad subirán entre 61% y 148%

01 febrero de 2017

El Gobierno anunció ayer la primera suba de tarifas del año, correspondiente al servicio de energía eléctrica para la ciudad de Buenos Aires y alrededores. El aumento será dividido en dos tramos, entre febrero y marzo, y llevará las facturas residenciales a un máximo de $ 211 por mes para los hogares de menor consumo y de $ 3.524 mensuales para los de mayor consumo, lo que implica subas de entre 61% y 189%.

En conferencia de prensa, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, enmarcó el aumento en la “normalización” del servicio proclamada como objetivo a inicios de su gestión y sostuvo que la decisión de fragmentar el aumento se tomó para evitar que toda la incidencia sea en febrero, cuando por las temperaturas altas, el nivel de consumo es más elevado que a partir de marzo. En el anuncio, lo acompañaron el secretario de Energía Eléctrica, Alejandro Sruoga, y el subsecretario de Política Tarifaria, Andrés Chambouleyron.

Las subas

De este modo, para los usuarios del área metropolitana (zona de influencia de Edenor y Edesur, cuyo control está a cargo del ENRE, ente nacional) que tengan un consumo menor a 150 Mw/h por mes (30% de los 4,7 millones usuarios) el aumento promedio será del 17% en febrero y de 61% contemplando tanto la suba del mes que comenzó hoy como la de marzo. En términos nominales, saltaría de $131 mensuales en enero a un máximo de $ 211 en marzo.

Mientras tanto, para los usuarios de 150-300 Mw/h de consumo mensual, que son 40% del total, la factura final crecerá en promedio 28% en febrero y 77% en el consolidado a marzo, lo que arrojará un salto de $ 237 a hasta $ 420 por mes. A su vez, para el 25% de los usuarios que consumen entre 300 Mw/h y 600 Mw/h, el aumento será de 52% en el primer tramo y 90% entre enero y marzo, lo que llevará el máximo a $ 1.175 por mes.

Finalmente, para el 5% de mayor nivel de consumo (600-1.500 Mw/h) el incremento será de 107% en una primera etapa y 148% en el consolidado de subas del primer trimestre, llevando a $ 3.524 por mes el máximo que se les cobrará.

En promedio, concluyó Aranguren, el 83% por ciento de los usuarios residenciales “van a tener un incremento inferior a $ 183 por mes”.

Todas estas subas surgen de los incrementos en cada uno de los segmentos de la cadena de la energía eléctrica. Para el resto del país, en tanto, la suba por los conceptos de generación y transporte únicamente será de 37%, sobre lo que deberán añadirse luego los impuestos y el Valor Agregado de Distribución (VAD) que varían de región a región y se deciden localmente.

Por otro lado, sobre la suba para los comercios e industrias, Aranguren evitó pronunciarse concluyentemente. Para el sector no residencial, el incremento en el precio estacional de la energía será de 38%, pero todavía se desconoce cuál será la suba en el valor de distribución, lo que se anunciará en las próximas semanas, adelantó el ministro.

Ahorro y tarifa social

A su vez, se anunciaron ayer modificaciones en los valores de la tarifa social y de aquellos consumidores que ahorren energía. Para los incluidos en la tarifa diferencial, la suba será de $ 11 en febrero y $ 13 en marzo, lo que llevaría el valor final de $ 68 a $ 92, una variación del 35%. En tanto, quienes ahorren entre 10% y 20% tendrán una suba 50% menor en el precio de la energía estacional y quienes reduzcan su consumo más de 20%, recibirán una bonificación del 100% en ese segmento. Así, la factura final para estos consumidores se reduciría entre 10% y 20% respecto del caso en que consumieran lo mismo o más que el año anterior.

El impacto macro

Además del efecto sobre el poder adquisitivo de la población, la suba de tarifas tendrá su impacto en otras variables, como el nivel de precios, el déficit fiscal y la evolución de los subsidios, que hoy explican en gran parte el rojo presupuestario. En ese sentido, Aranguren remarcó que “el Gobierno Nacional ya considera estas variaciones en el servicio eléctrico dentro de lo que es el cumplimiento de los dos objetivos del año: tener un déficit fiscal de 4,2% del PIB y que la pauta inflacionaria se sitúe en un rango del 12 al 17%” y por ende, sostuvo que ninguna de esas metas se verá afectada. No obstante, eludió dar una estimación de cuánto va a ser el ahorro para el Fisco durante este año tras la suba. ¿Otra suba? Finalmente, Aranguren dejó la puerta abierta a una nueva suba a fines de año. “Lo que ocurra después de octubre lo veremos en función de la situación económica del país, de la inflación, de la evolución del déficit, del tipo de cambio y de otros parámetros”, manifestó el ministro. No obstante, la suba sería indispensable para que las empresas puedan revertir la descapitalización que sufrieron la última década y afrontar las inversiones a las que se comprometieron en la Revisión Tarifaria Integral (RTI). “Lo ideal sería que con estos aumentos, no tengan que recurrir a la emisión de bonos para hacerlo”, sostuvo un agente del mercado con contacto asiduo con las empresas del sector.

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