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La UCR lleva sus diferencias a Villa Giardino

23 febrero de 2017

En la reunión del radicalismo que comenzará este viernes en Villa Giardino estarán en pugna diferentes visiones sobre el papel del partido pero también distintos intereses. Si bien no es una instancia en la que se puedan tomar decisiones será un buen termómetro de la realidad patidaria en todo el país.

El sector más crítico del funcionamiento del partido, cuya figura más visible es Ricardo Alfonsín, presentará un documento redactado por Juan Manuel Casella en el cual se advierte que un partido que no se hace escuchar ni expresa su visión sobre los temas nacionales corre el riesgo de perder vigencia y representatividad. La clave para ese grupo es afirmar la identidad partidaria porque entiende que la mejor manera de fortalecer a Cambiemos es fortaleciendo a cada uno de los integrantes de la coalición.

Este sector reafirma su apuesta por el éxito de Cambiemos pero nunca dejará de lamentar que la UCR haya hecho un acuerdo con un partido que consideran ubicado a su derecha y por eso plantean una suerte de monitoreo desde una visión progresista. Claro que hay allí un límite muy estrecho para afirmar la identidad propia sin cuestionar al socio de la coalición de la cual se forma parte.

También Jesús Rodríguez, que es uno de los principales ideólogos que tiene hoy la UCR, elaboró un documento que transmite más preocupación sobre la manera de ayudar al Gobierno a enfrentar los desafíos que implica dejar atrás años de populismo, que en marcar las diferencias.

Las coincidencias

Ambas posiciones concuerdan en que se trató de una coalición electoral exitosa y que se expresó adecuadamente en el Congreso pero que ahora hay que ir por más dándole mayor institucionalidad a Cambiemos. Rodríguez plantea la necesidad de pasar a una instancia superior integrando una coalición política. El otro sector sugiere que la coalición electoral debió haber sido la antesala de una coalición de gobierno que nunca se conformó. Está claro que ese debate no se saldará en Villa Giardino pero ganará en intensidad a medida que se acerquen los plazos para conformar las listas de candidatos para octubre. Pero, aunque no esté previsto en el programa de la reunión a la que se le pretende dar un tono más académico, habrá espacio para la discusión política que tanto atrae a los radicales. Entre los ausentes más notables estarán Ricardo Alfonsín por cuestiones de salud y Ernesto Sanz ? cuyo papel como representante informal del radicalismo en la mesa chica del Gobierno es cuestionado por el sector crítico ? que está con Macri en España. Pero quien sí irá, y acaparará la atención, es Alfonso Prat-Gay cuya presencia es un activo para el radicalismo dado que tuvo a su cargo llevar adelante las dos medidas del Gobierno que todos reivindican: salir del cepo y arreglar con los holdouts.

Las diferencias

Pero además de las diferentes visiones políticas que se expondrán, también quedarán en evidencia distintos intereses a la hora de definir la estrategia electoral.

Por ejemplo en Córdoba, habrá pugna en Cambiemos para determinar quien encabezará la lista de diputados. Por otra parte, de las cuatro bancas se que ponen en juego, los radicales aspiran a renovar tres que hoy están en sus manos pero no les resultará fácil lograr ese objetivo. La relación con el gobernador Schiaretti también muestra diferencias por cuanto los radicales priorizan la competencia contra el oficialismo provincial pensando en 2019 mientras que en la Casa Rosada consideran que el gobernador de Córdoba es un aliado. Distinta es la situación de Santa Fe dado que el presidente del partido, José Corral, aspira a ser gobernador de la provincia en 2019 y pretende que el radicalismo mantenga la alianza local con el socialismo y la nacional con el PRO. Le resultará difícil lograrlo en una provincia compleja en la cual el Gobierno también mira con interés al legislador peronista Omar Perotti. A su vez, en la CABA, la posible candidatura de de Martín Lousteau que impulsa un amplio sector del radicalismo porteño, genera tensión en la coalición oficialista. El distrito más grande es el que menos dificultades presentaría porque hay una virtual institucionalización de Cambiemos dado que la gobernadora y el vice de Buenos Aires presiden sus respectivos partidos.

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