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La industria cerró 2016 con una caída del 4,9%

17 febrero de 2017

Finalmente no hubo sorpresas. Pese a las declamaciones de funcionarios del Gobierno que insistieron durante meses que la actividad económica, y por añadidura el sector manufacturero, mostrarían una clara recuperación en el segundo semestre del año, 2016 terminó con un retroceso del 4,9% en la actividad industrial. Hay que admitir que tras observar un verdadero desplome en casi la totalidad de los rubros, la actividad tuvo una menor caída en noviembre y diciembre, que bien podría abrir las puertas a una reactivación de la industria para este año.

“Durante diciembre la producción industrial presentó una contracción interanual del 2,8%, y una baja de 1,1% con respecto al mes anterior (desestacionalizada). Con este resultado la industria acumuló una caída del 4,9% en 2016”, señala el último informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), difundido ayer. Prácticamente, todos los sectores relevados registraron un fuerte retroceso, y apenas dos se salvaron ?en parte? del incendio. Por un lado, la producción de alimentos y bebidas, que aunque terminó el año con caída, presentó un incremento del 8,4% en la molienda de oleaginosas. Por otro, la elaboración de sustancias y productos químicos, que avanzó 1,3% interanual en los últimos doce meses.

Entre los que tuvieron números más preocupantes, se destaca en 2016 la menor producción de acero (-17,9%), que arrastó a la producción de metales básicos (-15,1%); la caída de la construcción (-12,7%) que impactó en el rubro minerales no metálicos (-13,1%), la industria automotriz (-10,2%) deprimida por el fuerte retroceso de las exportaciones, principalmente a Brasil y la metalmecánica bajó -8,4%, pese al buen desempeño de la maquinaria agrícola. También cayeron calzados (-11,2%), la cadena textil-indumentaria, afectada por las importaciones que se subieron 28,8% en volúmenes respecto de 2015; y madera y muebles -15%.

El contexto

Entre las razones que explican este desempeño, la UIA menciona factores externos, como “el escenario internacional donde el comercio internacional está relativamente estancado” y la menor demanda de Brasil, el principal socio comercial del país, deprimida por una economía que terminó el año 2016 con una contracción cercana al 3,5%.

Por el lado de los factores internos, el informe hace referencia al reordenamiento de los “desequilibrios heredados, como el cepo y la falta de reservas que afectaron el desempeño industrial durante el primer semestre del año”. Además, la producción local sufrió una combinación de hechos que “impactaron negativamente”, como es el caso de la contracción del mercado interno, el aumento de los costos y especialmente, las elevadas tasas de interés, a los que se sumó “una mayor presión importadora en determinados rubros”.

¿Cambio de tendencia?

El primer trimestre del año “puede encontrar un piso pero no una recuperación”, afirmó esta semana José Urtubey, vocal de la UIA y titular de Celulosa Argentina. El empresario explicó que es un momento delicado por la desaceleración del comercio internacional. Y puntualizó en la necesidad de “profundizar medidas que garanticen el desarrollo”, como bajar la presión tributaria, regular el comercio internacional y aumentar la inversión.

Para este año la UIA estima que “la industria crezca entre 1% y 2%”. La menor caída de Brasil y el aumento del consumo interno potenciarían la producción local, junto a los planes de infraestructura y la construcción. Pero esto se da en un contexto de costos crecientes. En 2016 los costos logísticos subieron 41,3%, los energéticos entre 60% y 600%, según el tipo de usuario, los salarios 33%, los insumos importados 32,7%, y el precio del gas oil 33%”, asegura el informe de la UIA.

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