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La economía global tendrá un mejor 2017 del que todos imaginan

09 febrero de 2017

Los desconcertantes hechos políticos en EE.UU. y el Reino Unido (Donald Trumo y Brexite, respectivamente), dice Jim O'Neill (ex economista jefe de Goldman Sachs), “podrían llevarnos a pensar que una economía mundial ya en problemas atravesará por más dificultades en el futuro cercano”. Sin embargo, dice, “a medida que avanzamos en el 2017, la evidencia cíclica, en verdad, sugiere lo contrario”.

Para cimentar su tesis bullish, O'Neill se basa en seis indicadores que, arguye, “ofrecen un pantallazo confiable de cómo se verá la economía global en los próximos seis meses”. En este momento, dice, los seis indicadores muestran más promesas de las que vienen mostrando desde hace un tiempo, y sólo uno de ellos ha caído ligeramente con respecto a un alza reciente.

El primer indicador son las peticiones semanales de seguro de desempleo en EE.UU. Con ellos, explica, se puede medir la fortaleza general de la economía estadounidense. “La semana pasada, las peticiones se mantuvieron bastante bajas, como vienen estando desde hace un tiempo, y eso resulta un buen augurio para los mercados bursátiles de EE.UU”.

Asimismo, el Indice Industrial del Instituto de Gestión de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés) ofrece una visión bastante buena de la economía estadounidense para los próximos 3-6 meses, aunque la actividad industrial comprende un porcentaje relativamente pequeño del PIB. “Al igual que las peticiones de seguro de desempleo más recientes, las cifras del ISM actualmente están dando motivos de optimismo”, agrega O'Neill.

Un tercer indicador es un subcomponente de la misma encuesta del ISM: los nuevos pedidos y los inventarios de las industrias.” Actualmente, los nuevos pedidos están aumentando y los inventarios están bajos, y eso sugiere que las empresas tendrán que producir más en los próximos meses para cumplir con esos pedidos”.

Fuera de EE.UU., un cuarto indicador es el ratio del gasto minorista chino en relación con la producción industrial (ajustada por inflación). Esas cifras ofrecen un pantallazo tanto de las tendencias cíclicas como del reequilibrio estructural de China, que se aleja de las exportaciones y avanza hacia el consumo interno. El ratio entre ventas minoristas mensuales y producción industrial en China, si bien es errático, ha venido subiendo lentamente desde 2008, y parece haberse registrado otro aumento en el consumo recientemente. “El gasto de los consumidores chinos se ha mantenido fuerte a pesar de la desaceleración en la producción y la inversión industrial y los esfuerzos del Gobierno por frenar el gasto en bienes de lujo”, computa O'Neill, padre intelectual del acrónimo BRIC (por Brasil, Rusia, la India y China).

Un quinto indicador son los datos comerciales de Corea del Sur, que consistentemente se difunden el primer día de cada mes después de que se realizan las operaciones comerciales. Corea del Sur tiene una economía abierta y socios comerciales en todo el mundo, incluidos EE.UU., China, Japón y la Unión Europea, y se pueden extrapolar sus datos comerciales para sacar conclusiones sobre el estado del comercio global. “El comercio surcoreano, desde noviembre, ha dado señales de recuperación, particularmente en términos de crecimiento de las exportaciones y, en enero, rebotó significativamente. Sin duda, este resultado contradice todas las elegías para la globalización que se escuchan en estos días, y los datos recientes sugieren que a la globalización todavía le queda vida, y que el 2017 ha tenido un comienzo decente”.

El último indicador clave es el Indice de Clima Empresarial Ifo en Alemania, que contiene datos cíclicos útiles para Europa en general, debido a la centralidad de Alemania en la economía del continente. “La encuesta de Ifo ha arrojado resultados positivos en los últimos meses, aunque los datos eran más alentadores en diciembre que en enero”, dice O'Neill.

Más del 4%

“En conjunto, estos seis indicadores me sugieren que la economía global ahora podría estar creciendo a una tasa superior al 4%. Es el crecimiento más rápido en varios años -aunque la tasa de crecimiento promedio de los últimos diez años (3,3%) fue apenas inferior a la tasa de la década anterior- y cercano al ritmo de las dos décadas anteriores”, dice O'Neill. Sin embargo, aclara: “Al mismo tiempo, los seis indicadores no pueden decirnos nada sobre qué sucederá después de los próximos meses. Es un interrogante abierto si el crecimiento económico global se mantendrá fuerte, se fortalecerá aún más o empezará a debilitarse”.

Mensaje final de O'Neill: “Sólo el tiempo dirá”. Por ahora, 2017 pinta bastante bien. Pese a todo

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