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La divergencia de los IPC dejó dudas y algunos debates

13 febrero de 2017

por Mariano Cúparo Ortíz

Primero el IPC GBA que publica el Indec, sorprendió el jueves al dar una mínima aceleración de 1,3% (había sido 1,2% en diciembre y los privados esperaban un incremento mayor para enero). Después, el viernes, el IPC de la Ciudad dio 1,9% y despertó una discusión sobre la metodologías de los índices. También produjo la vuelta de una figura que había aparecido el año pasado en palabras del BCRA: la inflación y sus señales mixtas, con algunos índices más veloces que otros. ¿Cuál es el verdadero nivel de desinflación? Algunas autoridades del BCRA celebraron inmediatamente después de la publicación del dato del jueves. Fue el caso del vicepresidente de la autoridad monetaria, Lucas Llach y del vice segundo, Demian Reidel, que remarcaron que con el 1,3% la inflación de los últimos seis meses daba 8%, que anualizada es 16,7% y ya está dentro de las metas de 17% como techo para 2017.

Un día más tarde, la realidad los puso en un escenario de menos festejos y más dudas, con la publicación del 1,9% de la CABA, que además dio una núcleo nuevamente por encima de la general: llegó a acelerar 2%. Datos más alineados con los que esperaba n las consultoras privadas de un mes en el que hubo aumentos de naftas del 8%.

Señales mixtas

Al respecto, el panorama mensual de Federico Muñoz y Asociados, afirmó: “Semejante divergencia invita a mantener la cautela y, sobre todo, a no festejar por anticipado la derrota de la inflación”. Afirmación en línea con las palabras que suele utilizar el BCRA cada vez que los distintos índices muestran semejantes divergencias, tal como ocurrió tantas veces durante el año pasado, con provincias subiendo, provincias bajando, las núcleo desinflando e inflando y las generales con volatilidad semajante. Esa viene siendo la regla desde comienzos del 2016 en materia de precios: la volatilidad, de la mano de los ajustes tarifarios y sus contramarchas.

Diferencias

Tal vez las dudas más preocupantes que generó la divergencia de los datos de ambos IPC sean aquellas referidas a la consistencia de la metodología del índice del Indec. El economista Mariano Kestelboim opinó que la diferencia es absurda para índices que cubren buena parte de territorios en común “con regulaciones similares y la misma economía”. Y amplió: “Metodológicamente, la diferencia no puede justificarse. Para ser válido el dato del IPC-Indec, la inflación en la CABA tuvo que ser alrededor de 170% más alta que la del conurbano, si cada territorio ponderara más o menos lo mismo”. El director socio de Consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez, afirmó que esta “fue la mayor divergencia, en demasía, desde mayo del 2016”.

Una clave de esta diferencia es metodológica. El Indec tomó a diciembre de 2015 como período base, previo al cambio de precios relativos de principios de 2016. Como entre ese mes y abril no hubo publicación del IPC GBA, no se sabe cómo pudieron varias las ponderaciones móviles de cada capítulo. El economista del IET Daniel Schteingart afirmó a El Economista que sería bueno que el Indec transparente algunos cálculos. Para Muñoz, “la brecha no es atribuible a posibles manipulaciones, sino a la diversidad metodológica”.

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