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Empresas de tecnología ven un horizonte negro

22 febrero de 2017

Pese a los pronósticos optimistas del Gobierno Nacional, que asegura que la eliminación de los aranceles para la importación de tecnología permitirá ampliar la oferta, bajar los precios en los locales comerciales y hasta generar empleos de calidad, los empresarios del sector ven un horizonte negro. Ayer el titular del fabricante de computadoras Banghó, Carlos Suaya, dijo que su empresa deberá reconvertirse en una importadora, lo que implicará derivar la producción a Taiwán ?proceso que ya está en marcha? y achicar su personal a la mitad.

“La empresa perdió muchísimo capital y va a volver a ser lo que fue al principio: una importadora”, dijo Suaya y agregó que la firma, que llegó a tener 840 empleados, ya despidió a 200 este año y se verá en la necesidad de reducir otros 220 puestos. “Lamentablemente vamos a hacer las máquinas en el exterior. Ya lo empezamos hacer, tomando gente en Taiwán. Nos parece que no es lo más apropiado para un país que tiene el 32% de pobreza, pero bueno, son decisiones de la política”, señaló.

Suaya dijo estar “apesumbrado”, porque las que se verán reducidas son “plantas nuevas, modelos, con últimas tecnologías”. “El Gobierno anterior nos motivó a invertir, a producir, a competir con los productos importados y de hecho lo logramos con un costo bajísimo de producción”, añadió.

Respecto al programa de reconversión productiva que el Gobierno esgrime como solución a los posibles despidos, el empresario planteó sus dudas. “Ellos están conversando con un fabricante de heladeras [Samsung], pero esa empresa todavía goza de una protección arancelaria del 20% frente a los productos importados. Si se lo quitan tampoco sé qué futuro puede tener”.

Por otra parte, afirmó que “es cierto que la industria está muy cara” y que por eso “la gente viaja a comprar a Chile”. En este sentido, señaló que los funcionarios debieran trabajar sobre los costos impositivos, pero en vez de eso “consideran que importando productos van a bajar los precios de la economía”. “Es una forma de pensar, pero no están considerando la cantidad de gente que se quedará sin trabajo”, dijo a modo de conclusión.

En el mismo sentido, el presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE), Federico Hellemeyer, dijo a El Economista que en el sector de la producción informática de Tierra del Fuego ya se perdieron unos 200 puestos de trabajo y es de esperar que la situación se agrave.

Frente a la quita de los aranceles, consideró que la industria nacional de informática “no tiene muchas posibilidades de sobrevivir”. “Quedará más en negocios puntuales como puede ser alguna provisión de bienes informáticos al Estado o alguna licitación para programas de inclusión social donde se establezca algún tipo de preferencia nacional ?sostuvo?“. A nivel consumo señaló que lo que pueda suceder es “muy incierto”. “Por el momento va a ser imposible desde Tierra del Fuego y con los requerimientos del proceso productivo que tiene el producto informático, poder competir con el producto importado”, concluyó.

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