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El mercado estima que el dólar seguirá con presión a la baja

20 febrero de 2017

El viernes pasado, el mercado cambiario terminó con cierta mejora después de varias ruedas en las cuales la presión bajista se hizo presente. En el circuito mayorista, allí donde operan bancos y grandes empresas, el billete repuntó 34 centavos contra el mínimo y terminó en $15,68. En la city hablan de que el Banco Nación apareció “pagando”, o sea comprando dólares, y que revivió la demanda privada mientras que los dólares comerciales y los inversores que hacen carry trade desaparecían. Estaba todo dado para que el billete repuntara.

De todas formas, estiman en los bancos de la city porteña, las presiones para el tipo de cambio continuarán. “El mercado sigue igual. Desequilibrado. Con más oferta que demanda, que circunstancialmente puede empatarse algunos días, pero la tendencia es la misma”, decían desde una entidad privada. Estiman que el atraso cambiario vino para quedarse y que, además, el BCRA seguirá sin intervenir.

La visión de Reconquista 266, bastante cuestionable, es que Argentina no tiene un atraso cambiario tomando el tipo de cambio multilateral. De hecho, como Brasil también apreció su moneda, hay cierto equilibrio. “Lo que pasa es que el BCRA habla de Brasil, pero el mercado y la gente ve el 'costo Miami'. En dólares, que es lo que importa, el país tiene un tipo de cambio atrasadísimo. En un contexto global en el que el dólar gana fuerza, acá se deprecia. A contramano y potenciando una Argentina cara e inviable en dólares”, remataba el jefe de la mesa de un banco extranjero.

“El peso argentino se recuperó la semana pasada, alcanzando su nivel más alto desde noviembre. Sin embargo, otras monedas de Latinoamérica también subieron en los últimos días, con el real brasileño destacándose. De hecho, el tipo de cambio real efectivo de la Argentina ha permanecido casi sin cambios hasta ahora en 2017”, comenta el último informe de research de Banco Mariva.

Problemas varios

Según la entidad, las malas noticias para el peso argentino es que la gente sigue demandando grandes cantidades de dólares. El BCRA informó que el déficit turístico argentino aumentó 61% en enero, alcanzando un récord de US$ 1.266 millones en el primer mes del año, sobre la base de la balanza de pagos. Esto es un dato ineludible que confirma el profundo atraso cambiario que vive el país. El dólar barato en un país que los precios en moneda dura son altísimos profundiza la fuga de capitales y la destrucción de algunas actividades que dependen del tipo de cambio para subsistir.

Para la consultora ACM, el problema del atraso cambiario que se genera por el mix de inflación y caída del valor del dólar empieza a preocupar a determinados sectores productivos, que piden alguna intervención del BCRA que hasta ahora ha mostrado una actitud pasiva dejando que la oferta y la demanda jueguen libremente. Dicen que si se observan los niveles de intervención previos y se actualizan por inflación y cambios en las canastas de monedas, la banda de flotación se ubicaría entre $15,1 y $17,4.

“El atraso cambiario per se no es preocupación, menos en un contexto recesivo y con metas de desinflación, quizás en una fase madura de recuperación se necesite un tipo de cambio más alto para que no se produzca un efecto sustitución que oriente la demanda hacia el exterior”, considera ACM. “El desafío del Gobierno comenzó siendo administrar la escasez de divisas, ahora se enfrenta un problema de una talla no menor, la administración de la abundancia de divisas que llegan por una cuenta financiera robusta que provee financiamiento para el país”, agregan.

Desde Federico Muñoz & Asociados dicen que defender la flexibilidad del tipo de cambio no les impide reconocer que el actual equilibrio del mercado cambiario resulta en una situación bastante incómoda. “En efecto, la avalancha de dólares financieros nos condenó a la agudización del retraso cambiario. El dólar barato desalienta las inversiones en la economía real, aumenta la incertidumbre y atenta contra la viabilidad de unos cuantos sectores (turismo, economías regionales y varias industrias potencialmente competitivas)”, enumeran.

Todo igual

Para el mercado no cambiará el escenario de presión cambiaria en el corto plazo. Más aún cuando a fines de marzo y principios de abril se esperan los dólares de la cosecha que potenciarán la oferta, colocando al país otra vez frente a un importante test: dejarlo caer aún más o intervenir para equilibrar el mercado. Aún dudan de que el BCRA, que el año pasado cuando fue la liquidación fuerte intervino, vuelva a hacerlo. Con las reservas cerca de US$50.000 millones y con la visión de dejar que el mercado se autorregule, son pocos los que apuestan a una fuerte mano de la entidad para contener el atraso cambiario.

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