por Luis Varela
Cuando comienzan a delinearse las estrategias para las elecciones de medio término y como si se tratara de un malabarista que intenta mantener diez pelotas en el aire sin que se le caiga ninguna, el gobierno de Macri sigue haciendo todo tipo de movimientos para llegar a fines de octubre con la mejor condición económica posible.
Después de los buenos datos de venta de autos e inmuebles conocidos durante la semana pasada, el oficialismo resopló con algún alivio este lunes cuando la consultora FIEL concluyó en que enero terminará con una inflación bastante más cercana al 1,5% mensual, bastante más abajo que el 1,8% calculado por otras consultoras hasta la semana pasada.
Sin embargo, ayer aparecieron algunos indicadores que volvieron a hacer fruncir el ceño de los ministros del ala económica. El índice Construya, que nuclea a las once empresas líderes en venta de insumos, se contrajo nada menos que 6,9% en enero en comparación con enero del año pasado y tuvo una caída del 9,1% contra diciembre último, por lo que el mes pasado fue el segundo peor mes en tres años.
Y en otro de los sectores que mostró buenos números la semana pasada, se supo que en Brasil la producción de autos cayó 12,9% en enero y las ventas se desplomaron nada menos que 28%. Eso explica por qué, con buena reacción del mercado interno, las plantas automotrices que hay en Córdoba entraron prácticamente en receso: Renault no tendrá ninguna actividad en cuatro semanas y Fiat continuará con su organigrama de empleados suspendidos. La única luz en el sector tuvo que ver con Toyota, que tomará empleados que despide Volkswagen (la japonesa hace pick ups y pasó del 5% al 11% en la participación de cuota del mercado interno).
Conocidas todas estas amenazas, que pueden significar para marzo nuevos empleados suspendidos, el Gobierno está empezando a aumentar la emisión de pesos y sigue tomando deuda, para fomentar el crédito: le prestará dinero a todo aquel que lo solicite para que la industria de la construcción se reanime. Es absolutamente necesario para lograr un buen resultado electoral en octubre.
Este escenario local se da con el mundo pendiente de cada frase que va saliendo de la boca de Trump, y con el mundo girando la cabeza hacia Francia, porque la candidata de ultra derecha Marine Le Pen arranca su campaña electoral en Francia con Donald Trump y con el Brexit como modelo. El clima es bastante incierto y eso está alimentando la cotización de las onzas de oro y plata que volvieron a estar para arriba (ganaron 1,4%).
Semejante cuadro de situación generó ayer una mejor posición para el dólar aquí y en el mundo. En el exterior el dólar estuvo con subas contra el euro, la libra y el peso chileno; pero con bajas contra el yen, el real y el franco suizo. Y en el mercado local, después de los fuertes descenso de los últimos días, recuperó cinco centavos en el canal oficial (hasta $ 16), se mantuvo quieto en el blue (en $ 16,48) y el mayorista rebotó quince centavos hasta $ 15,80.
Con esta estructura cambiaria, el Gobierno, además de emitir deuda en moneda extranjera, está emitiendo pesos y hace crecer de manera muy fuerte la cantidad de dinero que hay en los bancos. La plata del Estado creció nada menos que 18% en enero, pero la plata de los privados aumentó apenas 0,3%. Y, diferenciando por moneda, la participación de depósitos en dólares creció del 19% al 24% del total del dinero depositado.
Hay gran interés por conocer qué decisión tomará hoy el Banco Central en la licitación de pases y letras. Hoy se paga 24,75% en pases a siete días, 23% en letras cortas a cinco semanas y entre 17 y 18% por plazos fijos. Y debido a la situación recesiva que sigue castigando a todos los sectores, muchos esperan que tarde o temprano Federico Sturzenegger baje la tasa de interés.
Los bonos volvieron a mostrar ayer un nuevo, aunque leve, aumento. Están ya muy cerca de los precios máximos logrados hace siete meses. Y la particularidad de ayer es que subieron los bonos largos (el AA46 mejoró entre 1 y 2%), mientras que cedieron en igual medida los cupones TVYO y TVPY.
En la Bolsa el volumen fue muy reducido, $ 321 millones, con una suba leve del 0,25% para el Merval. Lo mas destacado fue un salto del 30% en la cotización de la empresa Andes Energía por una asociación con YPF en inversiones a realizarse. Hubo una suba del 2% al 9% en empresas casi todas gasíferas. Y bajas del 2% al 3% en firmas como Mirgor, Celulosa, Caputo, Santander, Patagonia y Casado.
