La caída del poder adquisitivo, la inflación que no cede y la baja del consumo en general volvieron a repercutir en la carne vacuna, que en enero mostró una caída en su precio del 1,4% promedio en relación a diciembre de 2016. Los datos se desprenden del último informe elaborado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), que señaló además que en la comparación interanual los valores se dispararon, con un aumento del 10,1%.
Zonas y comercios
La medición, que se llevó a cabo en doscientos puntos de venta de Capital Federal y Gran Buenos Aires, indicó que en las carnicerías ? que componen el 73% de la muestra - la baja fue algo más pronunciada que en los supermercados ? que abarcan el 27% restante ?, dado que en el primer caso llegó al 1,4%, mientras que en el segundo alcanzó el 1,2%.
En ese sentido, el Ipcva discriminó entre los comercios de barrios de nivel socioeconómico alto, medio y bajo y afirmó que los retrocesos fueron del 0,5%, 1,3% y 1,8%, respectivamente. “El comportamiento de los precios de la carne vacuna mostró algunas diferencias entre en las distintas zonas geográficas: se registraron caídas leves en la Capital Federal y en la zona norte del conurbano, en tanto que resultaron moderadamente inferiores a los del mes anterior en las zonas oeste y sur del Gran Buenos Aires”, remarcó.
Animales y cortes
La carne de novillos fue la que obtuvo el mayor descenso con un ajuste del 6,1%, un dato que no es menor, ya que representa el 16,5% de la canasta. Asimismo, le siguieron los novillitos, vaquillonas y terneras, provenientes de haciendas livianas de consumo y que abarcan el 80% de la canasta, con bajas leves del 0,8%. En el caso de la carne de vacas, la tendencia se revirtió, ya que aumentó 12,9%.
“Actualmente, cortes como el lomo tienen un precio que resulta alrededor de $ 21 por kilo más alto en los supermercados que en las carnicerías, mientras que el peceto tiene un precio $ 27 superior en las cadenas comparado con el de los comercios”, detalló la entidad, y agregó que para la colita de cuadril, “la diferencia trepa a cerca de $ 20, exhibiendo un precio inferior en las carnicerías”.
En cuanto a los cortes de mayor consumo la brecha se reduce, dado que en los super se comercializan $12 más caros que en locales barriales. Sin embargo, la carne picada suele ser $ 10 más barata en las cadenas, al igual que el asado, que allí saca una ventaja de $ 3.
Más controles
En este marco, y frente a la creciente cantidad de quejas por la informalidad en la actividad ganadera, el Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires lanzó una prueba piloto para reforzar el control sanitario en frigoríficos, al igual que lo hizo en carnicerías. Según el Ejecutivo, la medida logró “reducir en 29% el número de comercios con alto riesgo de contaminación” y “apunta a que se consuma carne sana y de calidad”.
El plan es que expertos tomen muestras de los productos y del medio ambiente “para hacer el recuento microbiológico y detectar los agentes patógenos presentes”, de acuerdo a datos oficiales.
