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“Por las lluvias y Brasil, bajamos la proyección de crecimiento para 2017”

17 enero de 2017

Entrevista a Lorenzo Sigaut Gravina, Economista jefe de Ecolatina

Ecolatina, una de las consultoras líderes del mercado local, acaba de bajar su proyección de crecimiento para 2017 desde 3,2% a 3%. “Fue una combinación de factores que no vienen bien: Brasil recorta cada vez más sus proyecciones de crecimiento y hoy ya casi conviene firmar el empate y, por otro lado, la cosecha agrícola viene cada vez más complicada por el agua”, explica Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina. Además, 2016 dejó, como herencia, un arrastre estadístico negativo.

Vayamos más allá de la cifra de 3%. ¿Cuán difundida sectorialmente será esa expansión?

En 2017 veremos más sectores creciendo y ya hacia finales de 2016 empezamos a ver más brotes verdes, aunque habrá algunos sectores que harán punta lógicamente. Como el agro, más allá de sus problemas climáticos. Luego está la construcción, que revertirá una parte de la fuerte caída de 2016 y detrás aparece un conjunto de sectores que estarán creciendo entre 2% y 3%. Allí está la industria, que crecerá más por motivos internos que por el empuje de Brasil, y la intermediación financiera. En suma, creo que todos los sectores tendrán números positivos, pero algunos con mejores rendimiento que otros.

Muchos, además, apenas recuperando lo perdido?

La construcción crecerá 8% y eso es muy bueno, pero todavía seguirá debajo de los niveles de 2015. Y la industria creo que tampoco llegará a ese pico.

El empleo cayó en 2016, pero menos que la economía. Eso invita a pensar que las empresas buscarán abastecer la mayor demanda con las dotaciones personales actuales, y esperar antes de ponerse a contratar más agresivamente. ¿Coincide?

La caída del empleo fue leve y, en el peor de los casos, porque las estadísticas no permiten comparaciones interanuales, fue de 1%. Las empresas que pudieron evitaron tomar la decisión de desvincular personal y ajustaron vía vacaciones, horas extra y suspensiones. Por eso no hay tanto margen para que crezca el empleo genuino. En la construcción, en cambio, veremos un crecimiento y una reacción considerable, que comenzó hacia fines de 2016. Pero los demás sectores intensivos de mano de obra crecerán poco y, por ende, el crecimiento del empleo podría ser de 1% y podría no haber un gran descenso en la tasa de desempleo. Las empresas buscarán utilizar más plenamente los recursos que ya tienen.

Cometamos una herejía y hablemos del futuro porque la vida no termina en 2017. ¿Seguiremos creciendo en 2018 o aún no se sabe y hay que ver año por año?

Esto es Argentina y hay que ir año por año. El dilema de 2018 está presente y es el año bisagra para ver si Cambiemos logra éxitos en el terreno económico. Lograr una recuperación en un año electoral no es el punto. Si el Gobierno busca un crecimiento sostenido y saludable, aunque quizás con tasas menores a las anteriores, la prueba será 2018. Allí hay dos dudas: qué pasará con las elecciones legislativas y cómo sigue el proceso de ajuste de precios relativos, que siguen atrasados y es un tema que, como sabemos, hay que hacerlo con cuidado. Hay posibilidades de lograrlo y terminar con la volatilidad podría demostrarnos que, en rigor, es un modelo distinto.

Hacia fines de 2016, tenían una proyección de inflación para 2017 de 23%. ¿La mantienen?

Estamos viendo de aumentarla a 24% porque hay algunos aumentos de precios regulados que no contemplábamos. Pensamos que el Gobierno iba a hacer lo mínimo indispensable e imaginábamos algunos aumentos más en diciembre pasado, como nafta o prepagas. ¿Qué diferencia te daba terminar 2016 con una inflación de 40% o 41%? Arrancar el primer trimestre con nafta, prepagas y los demás aumentos pautados puede complicar la inflación estos meses y afectar las expectativas, las paritarias y la puja distributiva. Si el Gobierno quiere que baje la inflación y así suban los salarios reales, debe mostrar resultados ya y, con los aumentos que comentamos, seguirá entre 1,5% y 2% durante estos meses. Los gremios van a querer más. Es una muestra más de la falta de coordinación del Gobierno.

O sea que, como 2016, el primer semestre será más inflacionario?

Parecería que sí, aunque el Gobierno ya está hablando un segundo aumento más adelante en el año.

¿Es sustentable el modelo? Hablo de las cuentas externas. Observo mucha toma de deuda pública, un gran rojo turístico, elevada demanda de dólares y un déficit comercial pequeño.

Estás acumulando mucha deuda externa y una cosa es al tipo de cambio actual, y otra cosa con un tipo de cambio más depreciado. Pareciera que, en el mundo actual, no hay mucho para ganar por el lado exportador. Hay un riesgo, pero no lo veo en 2017. El ratio de deuda sobre el PIB es bajo, pero no podes subirlo 7-8 puntos todos los años. Si achican el déficit fiscal, todo será más sencillo. Con un tipo de cambio flexible, si surgen problemas de dólares, te evitas una crisis, pero podes tener devaluaciones que impliquen aceleración de la inflación y recesión. Es un modelo algo más flexible, pero no evita eventuales tensiones cambiarias.

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