Falta de proyectos estratégicos para prever o evitar inundaciones, ausencia de inversiones acordes, ayuda por debajo de lo necesario fueron algunos de los ejes de las acusaciones y declaraciones cruzadas que se dispensaron el Gobierno Nacional y el de la provincia de Santa Fe. Desde el mismo momento en que la situación se tornó incontrolable. Y a pesar de otros tantos intentos para bajarle el tono a la discusión.
Ayer, el viceministro del Interior de la Nación, Sebastián García De Luca, volvió al ruedo contra la gestión del gobernador Miguel Lifschitz. Señaló que en la provincia no se está ejecutando ninguna obra hídrica porque “no presentó ningún proyecto”. Y comparó su situación con la de la vecina provincia de Córdoba, con “once proyectos por más de 200 millones de pesos”. Córdoba, precisamente, fue una de las causas apuntadas por el gobernador: “Quienes están aguas arriba tratan de hacer canales y tirar el agua al que que está aguas abajo, por eso se requiere de un análisis integral. Córdoba nos tira el agua y nosotros no tenemos capacidad para evacuarla”, había afirmado el mandatario.
“Vemos muy buena predisposición del gobernador y su equipo, pero hacen falta los proyectos para avanzar. Y si bien no es momento para hacer un análisis político ni entrar en confrontaciones, con Lifschitz hemos avanzado, pero claramente ni con los gobiernos provinciales ni nacionales anteriores ha habido una sola obra ni ningún otro proyecto que tienda a solucionar este proyecto de manera estructural”, señaló ayer García De Luca a la prensa rosarina. Junto con al viceministro participaron de las reuniones de coordinación el titular de Agroindustria, Ricardo Bruyaile, y el subsecretario de Recursos Hídricos, Pablo Bereciartúa.
Otro tema que generó controversias tras las inundaciones fue la ausencia de María Eugenia Vidal, goberandora de la provincia de Buenos Aires. Tras las criticas opositoras, el intendente de San Nicolás, Ismael Passaglia, uno de los distritos más afectados, salió en su defensa.
