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Mercado de deuda municipal: hacia una mayor profundidad

13 enero de 2017

Por Nicolás Jensen (*)

El intendente es el primer eslabón en la cadena de reclamos por más y mejores servicios públicos. Esta cercanía con el contribuyente genera la necesidad de dar respuesta con inversiones concretas en el corto plazo y para ello la Municipalidad debe contar con diferentes alternativas de recursos, sin ahogar a los contribuyentes con subas de impuestos.

Durante 2016 varios municipios encontraron en el mercado de capitales una fuente concreta de financiamiento que, con óptimas y competitivas condiciones de tasa y plazo, les permitió encarar obras de infraestructura apuntadas a mejorar la calidad de vida del contribuyente sin utilizar recursos corrientes ni depender de transferencias de niveles superiores de gobierno.

Para que los inversores confíen sus ahorros al municipio, este debe contar con una adecuada situación fiscal, basada en una gestión eficiente de sus recursos. Un verdadero desafío para todos los niveles de Gobierno.

Un primer paso para lograr este objetivo es mejorar la recaudación de los recursos propios. Para ello no necesariamente hace falta subir o crear impuestos sino simplemente mejorar los índices de cobranza, lo que otorgaría al Municipio la deseada autonomía fiscal permitiendo destinar recursos con mayor grado de libertad. Para esto existen herramientas muy interesantes que utilizan las nuevas tecnologías de bases de datos o geo-localización, por ejemplo.

El segundo paso hacia una gestión fiscal eficiente es intentar financiar gastos no corrientes (o de capital) con recursos no corrientes. Las obras de infraestructura en general están planeadas para ser utilizadas muchos años por lo que sería óptimo financiarlas con instrumentos con el mayor plazo posible para diluir el impacto en las arcas. Los municipios utilizan cada vez más el mercado de capitales para esto, permitiéndoles incrementar el número y tamaño de las obras consolidando su gestión y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos.

En general, son muy bajos los niveles de gasto de capital respecto al total de gastos, con una elevada dependencia de las transferencias para este tipo de gasto, quitándole autonomía y capacidad de reacción ante una demanda incesante de inversiones en infraestructura urbana. Un claro ejemplo de necesidad de financiamiento de mediano plazo, es el caso del recambio de luminaria de sodio a LED. Es una inversión de gran impacto en la comunidad al mejorar la seguridad, la visual de los espacios públicos y generar ahorro energético. Sin embargo, el repago de esta inversión se logra en varios años por lo que debería financiarse en un plazo similar.

Uno de los instrumentos financieros disponibles para este y otro tipo de inversión en infraestructura son los bonos municipales. Los bonos tienen un flujo de ingreso garantizado, como la coparticipación o tasas municipales a recaudar, lo que permite a un inversor evaluar con mayor certeza la capacidad de repago del instrumento y así el municipio puede conseguir mejores condiciones financieras. Dado que los bonos tienen plazos que superan el ejercicio fiscal, se la considera deuda por lo que requiere de la autorización de los otros niveles de gobierno (provincia y Nación) luego de dado el puntapié inicial con la sanción de la ordenanza municipal.

Números y futuro

Actualmente, acceder al mercado de capitales local es más sencillo de lo que muchos creen. Los casi nulos niveles de endeudamiento municipal y la garantía de coparticipación hacen que estos bonos resulten muy atractivo para los inversores. Los números de 2016 así lo demuestran. El monto de transacciones municipales colocadas en el mercado local alcanzó los $1.000 millones con 12 operaciones, el nivel más alto de los últimos 15 años. Entre las operaciones más destacadas se encuentra la realizada por la Municipalidad de Rio Cuarto, quien colocó $150 millones a un plazo de 3 años, con 15 meses de gracia para el repago del capital y a una tasa de interés menor al crecimiento de su recaudación en los últimos 12 meses. Para 2017 se espera superar ampliamente los números registrados el año pasado con un incremento tanto en el número de emisiones como en los montos financiados. Con esto el mercado de deuda municipal será más líquido, los inversores tendrán un mayor nivel de conocimiento, el costo de financiamiento será aún menor y los ciudadanos podrán disfrutar de las necesarias mejoras de infraestructura.

(*) Head de Sector Público de Puente

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