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Los bonos ganadores de 2016

03 enero de 2017

por Matías Daghero

El 2016 quedará en el recuerdo como el año en que Argentina finalmente pudo salir del default en el que se encontraba desde finales de 2001 con el regreso a los mercados internacionales más quince años en los que, a partir de 2008 se podían conseguir tasas bajas a nivel mundial y que gran cantidad de países (incluidos países latinoamericanos como Perú y Colombia) supieron aprovechar para mejorar la competitividad de sus economías y no depender de una única variable para esto: el tipo de cambio. Esta noticia provocó grandes caídas en los rendimientos de los bonos argentinos en dólares que otorgaron grandes ganancias de capital para los inversores que supieron salir a tiempo. A su vez, estas menores tasas fueron aprovechadas no sólo por el Gobierno Nacional, las provincias y municipios sino también por las empresas a través de las Obligaciones Negociables. Por la fuerte caída en las tasas, muchas empresas (Arcor, Banco Galicia, entre otras) hicieron uso de las cláusulas de rescate anticipado de sus deudas emitidas y pudieron refinanciar las mismas a tasas más bajas, mejorando el resultado financiero de sus empresas.

Sin embargo, la llegada de Donald Trump hizo que los bonos volvieran a sus rendimientos previos a la salida del default. Más allá de esto, vale la pena remarcar que el riesgo país argentino no volvió a los niveles previos al acuerdo con los holdouts, sino que se trató en gran medida por una suba de las tasas a nivel mundial. Pero pasado este temblor, los bonos argentinos son los que más rápido han logrado recuperarse. Por citar un ejemplo, el Bonar 2024 (AY24) ya se encuentra rindiendo 4,5%.

Si analizamos el rendimiento de los bonos como grupo de acuerdo a los índices que elabora el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), el mejor rendimiento fue para los bonos largos en pesos con un rendimiento superior al 41% que, junto a las Lebac, fueron los instrumentos de Renta Fija que permitieron no salir perdiendo frente a una inflación que en el año 2016 superó el 35%.

Por otra parte, tal como destaca el IAMC en su informe, los 5 bonos de mayor rendimiento anual con subas que superaron el 45% fueron provinciales (Chubut, Mendoza y Buenos Aires), 4 de ellos dólar linked. De los bonos en pesos, el de mayor suba fue el DICP con un 40,3%.

¿Cómo integrar la cartera de bonos para el 2017?

De cara al año que está comenzando, es de esperar que el Gobierno intente que el dólar no suba demasiado en un año electoral ya que el argentino de a pie suele asociar la suba del tipo de cambio a períodos de inflación y crisis económica por lo que podría dinamitar sus aspiraciones electorales (más allá de que el dólar hoy en Argentina se ve fuertemente influido también por el valor global de la divisa). En este sentido, un portafolio debería contener bonos en dólares, pero no como la inversión mayoritaria de la cartera. A su vez, la incertidumbre hace recomendable tomar estrategias que hagan que el portafolio dolarizado posea duration corta. Con el Bonar 2017 (AA17) fuertemente distorsionado en su cotización a causa de que puede ser utilizado para mantener la multa del blanqueo en el 10%, las Letes que rinden 3% y que vencen en plazos tan cortos como 105 días pueden ser alternativas para inversores más conservadores. Por otra parte, la duration corta o media también puede ser introducida con combinaciones de bonos de corto plazo (vencimientos anteriores al 2020) y una leve introducción de bonos de largo plazo (como el DICA), focalizándose más en la duration del portafolio que en la de los bonos que la componen (incluyendo Letes) y que permitan obtener un rendimiento por la mejora en el riesgo país sin quedar fuertemente expuesto.

En cuanto a las inversiones en pesos, las Lebac continúan siendo de las herramientas más recomendables, con el BCRA regalando a los inversores retornos reales que superan el 6% con un instrumento de nulo riesgo (quien te paga imprime los billetes). Por otra parte, una porción del portafolio también debería estar invertido en bonos con ajuste CER, privilegiando para inversores conservadores bonos como el Boncer 2020 (TC20) y el Boncer 2021 (TC21) mientras que inversores de un perfil más agresivo podrían obtener rendimientos superiores con el Par en Pesos (PARP) y el Discount en Pesos (PARP).

Con el éxito del blanqueo ya ampliamente difundido, más inversores se acercarán al mercado y tendrán que administrar su capital de una manera diferente a la que lo vinieron haciendo hasta este momento: el factor impositivo ahora entra en la ecuación. Para estos nuevos inversores, considerar los beneficios de una renta que se encuentra exenta de Ganancias en Personas Físicas como también de Bienes Personales debe ser un elemento presente al momento de tomar sus decisiones de inversión.

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