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El IPC dio motivos para festejar

12 enero de 2017

Por Mariano Cúparo Ortiz

La inflación general de diciembre en el GBA medida por el Indec fue de 1,2%, lo que representó una desaceleración importante respecto a octubre y noviembre, que habían sido meses que sufrieron el impacto de la reinstauración del tarifazo al gas (octubre dio 2,4%). Al respecto, un dato clave es que la desaceleración se vio en precios regulados y en estacionales, que dieron 1% y -1,5% respectivamente. La núcleo, que es la agrupación de precios que no tienen influencia de tarifas y que minimiza las variaciones estacionales, quedó intacta en 1,7%, piso que no está logrando perforar. Tal vez eso explique que el BCRA en los últimos meses haya dejado de enfocar la mirada sobre la núcleo, tal como lo hacía hasta septiembre, cuando la general se aceleraba de forma algo volátil y la núcleo se desaceleraba lentamente y con persistencia. En aquellos tiempos, el presidente del Central, Federico Sturzenegger, acentuaba que la mirada debía estar sobre ese número porque era el que permitía notar la verdadera evolución de los precios, dejando a un lado cuestiones coyunturales.

En ese sentido, las noticias pueden tener diversas lecturas para comenzar a entrever de cuánto será el IPC durante 2017. Una cosa es si se mira el 1,2% y otra si se mira el 1,7%. El consenso entre economistas del sector privado apunta a que sea por encima de las metas, de entre 20% y 25%.

La meta del cuarto trimestre

El 1,2% registrado en diciembre por el Indec, le permitió señalar que la meta del último trimestre de 2016 fue cumplida.

Una lectura literal de la meta que se había planteado el BCRA, que era lograr un IPC GBA general de 1,5% promedio en el último trimestre, no se habría cumplido, ya que octubre dio 2,4%, noviembre 1,6% y diciembre 1,2%, lo que da un promedio de 1,7%. Mirándolo así, la meta no fue cumplida. Pero el BCRA decidió aplicar una particular metodología, algo discutida, por la cual la variación de octubre, para eludir la incidencia de la cuestión tarifaria, se definió sacando un promedio entre agosto-septiembre-octubre, lo que le dio al primer mes del último trimestre una medición de 1,2%, contra 2,4%. Así, sumando a noviembre y diciembre, el promedio quedó en 1,3%, por debajo de la meta.

Además, el IPC de diciembre dio por abajo de lo que esperaban los especialistas consultados por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el BCRA: la mediana de los más de 50 consultados marcaba para diciembre una inflación general de 1,7% (y una núcleo de 1,5%).

Celebra el BCRA

El vicepresidente del BCRA, Lucas Llach, celebró el número de diciembre y twitteó: “El segundo semestre anualizado da una inflación de 18,5%, en línea con los objetivos. Hay que pasar del ritmo de 18,5% del segundo semestre a uno entre 12% y 17% en el año 2017. Haremos más que todo lo posible: todo lo necesario”. El economista jefe de Analytica, Martín Polo, respondió: “Me gusta más que hable del segundo semestre y no del zafarrancho que hicieron con el cuarto trimestre, tomando a agosto-septiembre-octubre”.

Por su parte, el economista jefe de Economía & Regiones, Diego Giacomini twitteó: “Quiero felicitar al BCRA, a Sturzenegger y a Llach por el 1,2% de inflación en diciembre, que es 15% anualizado. Sigan así”.

La discusión

La gran discusión que surge es respecto a los méritos del BCRA para lograr mitigar la inflación en un año en el que hubo depreciación del peso del 60% y una suba de precios regulados de 87%, dejando ?según el IPC CABA, que permite tomar una serie para la totalidad del año? un IPC apenas tres puntos porcentuales mayor que el de 2014, año en el que la depreciación y la corrección de regulados fue mucho menor: 31% y 54%, respectivamente.

La inflación núcleo de 2014 y 2016 dieron similares 35,7% y 35,2%, a pesar de las grandes diferencias en regulados y tipo de cambio. ¿Es eso puro mérito de la política monetaria? ¿Cómo se explica que haya habido menos pass-through durante 2016?

Sobre la cuestión hay más de un punto de vista. Federico Furiase, de Estudio Bein, dijo a El Economista que por la vía de controlar la cantidad de dinero a través del precio del crédito, pero también por la vía de bajar expectativas inflacionarias y anclar el tipo de cambio, la política monetaria del BCRA tiene un rol protagónico en la contención de la inflación. Por su parte, el investigador del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) Daniel Schteingart, dijo a este medio que “otras causas pueden explicar el menor pass-through”. “En primer lugar, la devaluación de 2014 fue menor, pero ya se venía depreciando en 2013, por lo que en algunos momentos del año la devaluación interanual daba 50%. Además, los precios de las importaciones crecieron levemente en 2014 y este año hubo una caída de alrededor de 10%, porque el mundo está en vendedor. También la apertura comercial disciplina precios, como los electrónicos e indumentaria, que aumentaron poco. Además, el precio del trigo y la carne vacuna cayeron en 2016 más que en 2014, lo que pega mucho en el IPC”, enumeró.

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