En Brasil, el mercado financiero se sorprendió ayer con la decisión del Comité de Política Monetaria del Banco Central de reducir la tasa Selic en 0,75% de punto porcentual y llevarla a 13%. Se esperaba una baja de medio punto pero el recorte mayor fue justificado por los datos que muestran una tasa de inflación en descenso e indicadores que señalan que la recuperación de la actividad económica es muy lenta.
De todas maneras, el Banco Central dejó en claro que la continuidad del proceso de reducción de la tasa está sujeto sujeta a la evolución de muchas variables. Antes de esta baja el mercado apostaba a que la tasa Selic se ubicaría en 10,25% a fin de año pero es probable que los próximos pronósticos la coloquen por debajo de ese porcentaje. El dato clave es que se prevé una tasa de inflación en descenso para este año ya que todos los pronósticos la ubican por debajo del 5% y así se podría cumplir con la meta establecida por la autoridad monetaria.
Ayer también se conoció la inflación de 2016 que fue de 6,3%, muy inferior a la del año anterior y dentro de los desvíos tolerados por las metas de inflación. En ese contexto, se espera cierta reactivación del consumo durante este año y esa es una buena noticia para todos los países de la región que tienen a Brasil como un destino relevante para sus exportaciones.
De todas maneras, el BC reconoce que hay una situación de incertidumbre a nivel global. Y aún no está claro el rumbo del dólar frente al resto de las monedas porque en los últimos días su recorrido alcista se detuvo pero aún está 5% por encima del valor que tenía el día de las elecciones presidenciales. Como el real es una de las monedas más sensibles a la evolución del dólar en los mercados globales, las autoridades brasileñas miran con mucha atención lo que puede ocurrir a partir de que Donald Trump llegue a la Casa Rosada aunque el anticipo que se conoció ayer en una caótica conferencia de prensa, no fue muy alentador para el mundo emergente.
