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“Argentina debe mejorar mucho su competitividad”

02 enero de 2017

Entrevista a Gustavo Segré, Socio director de Center Group y profesor de la Universidad Paulista

La economía de Brasil caerá este año entre 3,1% y 3,3% y acumula tres años consecutivos de retroceso, no obstante, en los últimos meses de 2016 parece haberse dado un punto de inflexión, con fuerte caída de la inflación, que ronda el 6,5%, y reducción de las tasas de interés. La caída de la demanda, tanto en Brasil como en Argentina, y problemas de competitividad en nuestro país, hacen que la prioridad del Mercosur pase hoy más por una armonización de políticas en el bloque, que en buscar un rápido acuerdo con la Unión Europea. Sobre éstas y otras cuestiones Gustavo Segré, socio y director de Center Group y residente de San Pablo, conversó con El Economista.

¿Hay efectivamente un repunte en la economía brasileña?

Los indicadores no muestran un repunte pero hay dos aspectos que nos llevan a pensar de una forma positiva. El primero es que la inflación ha bajado considerablemente, terminará dentro de la meta del 6,5% al año. La otra cuestión es que con la meta de inflación ya empezó la reducción de la tasa de interés, que debe profundizarse a partir de la reunión del Comité de Política Monetaria de enero. La tasa debería tener una reducción de entre 0,5% y 0,75%.

Y eso puede impulsar el crédito y mover la actividad. Exactamente. ¿Cuáles son los sectores que pueden arrancar más rápido?

El Gobierno está liberando recursos para pagar deudas bancarias ?esto también generará un aumento del crédito? del FGTS (Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio), que es un sistema de valores que le corresponde a los empleados cuando se va de un trabajo. Para ponerlo en perspectiva, entendemos que el punto de inflexión del indicador de diciembre deberíamos sentirlo sobre enero, y en primer trimestre. Nuestra expectativa era que el punto de inflexión se vería ya en este último trimestre. El factor de la baja de la tasa de interés y la reducción de la inflación son dos indicadores muy importantes para generar un aumento de la demanda, y mejores perspectivas de producción, sobre todo porque la industria de Brasil tiene el mayor índice de ociosidad de los últimos 10 años.

¿Cuál es en promedio la capacidad ociosa de la industria brasileña?

La utilización de capacidad instalada (UCI) está en 73,9%, que es 2,5% por debajo del nivel de 2015.

Es un buen indicador para la región, en Argentina la UCI está en 65%.

Sí, lo que ocurre es que aquí la serie histórica desde 2001 está en el 80%, entonces los datos actuales son malos. Con esa capacidad instalada tienden a bajar stocks, esto quiere decir que cuando empiece a aumentar la demanda comenzará a aumentar la producción y a mejorar el índice de desempleo.

¿Con qué indicadores de PIB terminará el año, después de tres años de caída?

Entre 3,1% y 3,3% negativo.

¿Y las proyecciones para 2017?

Entre 0,5% y 0,7% positivo. Todavía es poco, aunque es un buen indicador porque es el punto de inflexión. Fíjese que la economía brasileña desde el primer trimestre de 2014 que está bajando. Entonces, cualquier punto de inflexión es un buen indicador.

¿La política se está metiendo nuevamente en el escenario económico? ¿Cómo juegan las denuncias contra Temer en ese sentido?

Dilma se fue del gobierno por un problema económico que generó una crisis política. En este momento, Temer tiene un problema político que le está generando un problema económico, es el panorama inverso.

¿Se pensaba que con el cambio de gobierno la economía iba a mejorar?

Lo que Temer está haciendo y eso explica por qué tiene tan alto índice de rechazo es que toma medidas impopulares. Consiguió una alteración de la Constitución para congelar el gasto público por 20 años, y en el Congreso está en debate un proyecto de reforma de la ley de jubilaciones.

Para la Argentina uno de los temas de la agenda 2017 es relanzar el Mercosur y llegar a un rápido acuerdo con la Unión Europea. ¿Es posible en la situación actual?

Lo veo posible, pero me parece más de lo mismo. Hay dos datos importantes, el primero es que de todo lo que Brasil importaba en el año 2000, el 12,3% se lo compraba a Argentina., hoy le compra el 6%. Esto quiere decir que no necesitamos que el Mercosur se renueve, en realidad lo que se necesita es que Argentina mejore su competitividad, para que Brasil pueda tener una ventaja en comprar productos argentinos.

Hay dos cuestiones que hemos propuesto al Gobierno Argentino, sin ningún éxito hasta ahora. Una es la homologación de productos del Mercosur. Hoy un producto de un vendedor brasileño que quiere adquirir un comprador argentino, los dos tienen que hacer el registro y el brasileño demora dos años en tenerlo. Lo que nosotros proponemos es que si un producto está registrado en un país, automáticamente esté registrado en el otro.

La otra tiene que ver con los impuestos. Tributariamente hablando, hay una diferencia importante entre los productos importados por Brasil y los productos nacionales en Brasil. El Mercosur en el artículo séptimo, claramente dice que tiene que ser igual y no lo son. Por ejemplo, hay productos argentinos, como autopartes, que pagan muchos más impuestos que la autoparte brasileña. Si se consigue resolver estas dos cuestiones Argentina podría ampliar sus exportaciones a Brasil, no digo volver al 12% pero tranquilamente podría estar en un 9%, y hoy estamos en 6%. ¿Entonces, usted sugiere que debería haber una convergencia entre los dos países para poder negociar acuerdos como el de la UE? El Mercosur debería preocuparse por mayor integración, yo te presto la harina, vos me das azúcar, en vez de buscar cómo hacen los dos para hacer tortas e ir a vendérsela al vecino. ¿Ve posible replicar el acuerdo automotriz entre Argentina y Brasil a otros sectores? El acuerdo automotriz es restrictivo porque impone límites a uno de acuerdo a lo que el otro le exporta, y está bien que sea así porque necesita alguna reglamentación. El resto de los sectores no tiene esas reglamentaciones y está funcionando bien. Es decir que el problema principal está en el nivel de actividad en ambos países. Absolutamente. Argentina tiene que trabajar mucho para mejorar la competitividad, independientemente de lo que Brasil compre. Le doy otro ejemplo. Brasil va a crecer, no importa cuánto, ahora el punto es ¿eso más que va a comprar, se lo va a comprar a Argentina? No necesariamente. Argentina no puede de ninguna manera esperar que Brasil lo saque del problema. No va a ser así. Brasil le va a comprar a Argentina o a quien tenga mejor precio.

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