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Alternativas para invertir en dólares

30 enero de 2017

por Matías Daghero (*)

Enero está siendo un mes movido en materia de emisiones de deuda para Argentina. Luego de su designación como ministro de Finanzas tras el reemplazo de Alfonso Prat-Gay, Luis Caputo se ha movido rápidamente para conseguir cerca de la mitad del financiamiento que Argentina necesita para todo el 2017 en el primer mes del año. La incertidumbre que genera Donald Trump dentro del contexto financiero internacional hizo que Argentina se moviera rápidamente para evitar pagar mayores costos.

Rapidez de trader

Y en esto realmente hay que sacarse el sombrero frente a la precisión que ha mostrado Caputo, más cercana a la de un trader o analista técnico de mercados financieros que a la de un funcionario público (quizás su larga experiencia como jefe de trading en bancos como JP Morgan y Deutsche Bank expliquen esto). Es que el road show para la nueva emisión de deuda internacional coincidió con el momento en que la tasa a 10 años de los Estados Unidos (parte componente del costo de financiamiento argentino) se encontraba en los menores niveles de las últimas semanas y, apenas emitidos los bonos, la misma volvió a dispararse.

Otro hecho similar sucedió la semana pasada con la emisión local de bonos. En esta ocasión, además de las tradicionales Letes en dólares que se licitan cada dos semanas, el Ministerio de Finanzas decidió una nueva emisión de los Boncer 2021 (bono que ajusta por inflación), justo en el momento en que los mismos se encuentran fuertemente apreciados y con una tasa que varios analistas sostienen que ya es demasiado baja y desaconsejan su inversión en ellos. Sin embargo, desde la óptica del Gobierno es el mejor momento para emitirlos si hay demanda por ellos: cuando el costo de endeudamiento es más bajo.

La otra vereda

Pero si nos cambiamos de vereda ahora, pasando de la perspectiva del emisor a la del inversor, estos nuevos bonos en dólares que comenzaron a cotizar oficialmente en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires el pasado viernes resultan atractivos para formar parte del portafolio. Estamos hablando del Bonar 2022 (A2E2) y el Bonar 2026 (A2E7).

El hecho de que ambos bonos tengan su lámina mínima en 1.000 nominales (aproximadamente equivalente a US$ 1.000 o su contrapartida en pesos), lo hace accesible para el inversor minorista a diferencia de la emisión que se efectuó el año pasado a la salida del default con bonos sólo para grandes jugadores ya que tenían una ficha mínima de 150.000 nominales (esto ha sido un pedido fuertemente hecho por las voces del mercado local durante 2016).

Estos bonos permiten posicionarse en la parte media de la curva, una zona que es altamente recomendable para inversores de perfiles moderados frente a las fluctuaciones en las tasas de interés mundial que están teniendo lugar en estos meses. Por el lado del más corto de ellos, el Bonar 2022 está rindiendo 5,76% con una duration de 4,41. De esta manera, es un bono que puede hacerle competencia en el armado de la cartera al Bonar 2024 (AY24) que por su esquema de amortización tiene una duration bastante similar (3,96) pero cuyo vencimiento opera un par de años más alejado en el tiempo. Quizás algunos inversores anticiparon este movimiento ya que el Bonar 2024 se encuentra entre los bonos más golpeados en lo que llevamos de 2017 con una caída del 4% en su cotización en pesos. A su vez, por su ya mencionada menor lámina mínima, permite a aquellos inversores que no podían acceder al Bonar 2021 posicionarse en un tramo muy similar de la curva.

Por otra parte, el Bonar 2026 actualmente rinde 7,06% con una duration de 6,74 y constituye una alternativa válida para aquellos inversores que busquen tomar una posición más agresiva que el posicionamiento en la parte media corta de la curva, pero con un menor nivel de duration que otros bonos como el Discount (DICA).

Para inversores que buscan seguir posicionados en dólares pero con un perfil más conservador, las Letes rindiendo 3% en el tramo corto resultan atractivas. Por otra parte el Bonar 2017 (AA17), luego de la fuerte suba que experimentó a finales de 2016 por tema blanqueo y su posibilidad de ser utilizado para mantener la multa en el 10% hasta marzo, sufrió una caída en su precio que lo volvió a llevar a niveles más razonables de TIR y en línea con el de las Letes pero con la expectativa de que al acercarse el vencimiento de marzo pueda volver a cotizar levemente por encima de la par y arrojar un rendimiento mayor a sus inversores.

(*) Autor del libro “Con los $ que tengo, ¿qué hago?” @medaghero.

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