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Una cifra que descomprime varios frentes

28 diciembre de 2016

Los US$ 90.000 millones exteriorizados hasta el momento son un bálsamo para el Gobierno (y póstumo, en el caso de Alfonso Prat-Gay). Y, sin dudas, una sorpresa, aunque la cifra sobrevolaba por la city.

“Los especialistas, hace unos meses, me decían US$ 100.000 M y me parecía un delirio”, reconoce Martín Tetaz, sorprendido por la cifra que anunciaron ayer Alfonso Prat-Gay y Alberto Abad y que, probablemente, superará los US$ 100.000 M. “Nos quedamos cortos”, dicen, incluso, los más optimistas. “No hay nadie que no está sorprendido, aunque hay gente que manejaban algunos”, añadeTetaz.“Losnúmerosquesevenían manejando eran muy buenos y los anunciados ayer son todavía mejores”, dice Hernán del Villar (Estudio Alpha), aunque dice que esperaba que el monto promedio (fue de US$ 600.000 aproximadamente) iba a ser un poco mayor. “Esperaba menos menos presentaciones y montos promedios más elevados”, dice.

Los motivos

¿Operó más la confianza hacia Cambiemos o el temor a los intercambios de información? Según Daniel Marx (Quantum Finanzas), “pesó más el temor”, aunque reconoce que también ayudó “el marco institucional más favorable” en el país. Marx destaca, además, el “efecto manada”: cuando entran muchos, dice, entran muchos más. Los US$ 90.000 M anunciados ayer, entonces, van a ser un estímulo para los que todavía dudan. Del Villar se ubica en una línea similar.

Tetaz tiene una visión distinta. “Hay confianza en la economía y en el Gobierno. Fijate que el acuerdo con EE.UU., que es donde estaba la mayor parte del dinero, llegó recién en los últimos días”, dice. Quizás influyó, dice, el “efecto Trump”, pero no en el sentido que todos esperaban sino como un acelerador de la exteriorización ante el temor de lo que pueda hacer el republicano desde el 20 de enero. “Mejor la saco ahora habrán pensado varios”, dice Tetaz.

Las expectativas

“Que haya un blanqueo por estas cifras tiene varios efectos indirectos no despreciables”, ratifica. El riesgo país, dice, va a disminuir y eso estimulará el ingreso de capitales. Además, algunos mercados van a sentir un tirón de demanda y pone como ejemplo el automotor. “Si eso se traslada a otros sectores y se difunde, puede haber un efecto sobre el nivel de actividad”, agrega. Otros economistas señalan al mercado inmobiliario y estiman que le puede agegar medio punto al crecimiento delañoqueviene.“Hayquevercuántos dólares entran”, advierte Tetaz, “es auspicioso en términos fiscales, va a despejar la incertidumbre y generará mayor confianza”. El cierre del programa financiero de 2017 será complejo, sin embargo, y los “bonos mágicos” no fueron las vedettes que se esperaban. En el mercado, dicen, es que les faltó atractivo. En 2017, hay que buscar unos US$ 13.000 M frescos, calcula del Villar.

También es una señal hacia afuera, como remarcó Prat-Gay. La lógica es que, si los propios argentinos no confían en su país, difícilmente lo hagan los extranjeros. “Los primeros inversores de la famosa lluvia de inversiones tenían que ser los propios argentinos, y es importante que eso empiece a pasar”, dice Tetaz. Aunque, dice, “no nos olvidemos que hay muchos que declaran, pero no ingresan el dinero a Argentina”. Ese cambio tardará más en llegar?

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