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16 diciembre de 2016

por Juan Radonjic

Todo lo que ocurra más allá de las fronteras de un país es determinante para cualquier economía nacional en tiempos de globalización. En el caso de Argentina, hay rasgos de la economía global que la impactan más que a otros pero, en líneas generales, el año próximo se presenta moderadamente positivo. Aquí, los temas a seguir:

La economía global crecerá 3,4% según las proyecciones del FMI. Es una buena noticia frente al 3,1% con el que cerraría 2016. Luego del triunfo de Donald Trump, la OCDE corrigió al alza sus pronósticos de crecimiento para 2017 que ahora ubica en 3,3%. De todas maneras, el comercio mundial seguirá creciendo a tasas bajas y esto complica a la estrategia del Gobierno Argentino que pretende ir a un esquema económico en el cual las exportaciones tengan mayor protagonismo. Pero en este momento en el mundo hay mucha capacidad instalada ociosa y crecen las tendencias proteccionistas.

La Reserva Federal subió las tasas de interés en su última reunión del año y anticipó que realizará tres subas más de un cuarto de punto en 2017. Mientras tanto, la tasa de los bonos a diez años, superó el 2,6% y su tendencia es alcista. Esto significa que los activos en dólares serán más atractivos y que países como Argentina pagarán más caro su endeudamiento y puede reducirse la oferta de capitales para los mercados emergentes. Pero no cabe esperar cambios en las condiciones financieras globales porque el endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos será gradual.

La suba de tasas en Estados Unidos, mientras el resto del mundo las mantendrá estables luego de haberlas bajado este año, conducirá a una suba del dólar con relación al resto de las monedas. Pero como ese movimiento ya viene ocurriendo, no hay margen para una revalorización demasiado abrupta. Un dólar más fuerte implica precios de commodities más bajos y si bien no es una buena noticia para Argentina, sus efectos pueden ser amortiguados por la reducción y eliminación de las retenciones y un tipo de cambio adecuado. Pero si el dólar se fortalecerá a nivel global, también lo hará en la región y por lo tanto Argentina deberá estar atenta para no perder competitividad frente a sus vecinos.

Brasil, es clave para Argentina por ser el principal destino de las exportaciones argentinas en general y de las industriales en particular. La buena noticia es que luego de dos años de fuerte recesión, la economía brasileña volverá a crecer en 2017. Según el promedio de los pronósticos de los analistas del mercado que publica el Banco Central, el crecimiento sería de sólo el 0,7%. Es bajo, pero marca un cambio de tendencia en la actividad económica en un contexto, además, de baja inflación que se proyecta por debajo inferior al 5%

Otro actor relevante del escenario global es China cuyo desempeño es clave para sostener el precio de las materias primas. Todos los pronósticos de los organismos internacionales coinciden en que el PIB crecerá por encima del 6% en 2017. Pero no sólo China influye en el precio de las materias primas dado que pueden subir aquellas vinculadas a las obras de infraestructura dado que Trump promete llevar adelante un ambicioso plan en Estados Unidos. Otro precio es importante es del petróleo. Todo indica que luego del acuerdo en la OPEP, al que se sumó Rusia, el barril estará a un valor más alto que en 2016. Esto para Argentina significa una cuenta de importaciones más cara pero ayudará para alinear, finalmente, los precios locales con los internacionales.

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