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21 diciembre de 2016

Con la inflación cediendo, se debe apuntar a acelerar la bancarización de la economía. Profundizar el sistema financiero es un aspecto clave para que Argentina financie el crecimiento de los próximos años. Con este foco, es importante que el BCRA continúe con la baja en las tasas de interés y que el Gobierno empiece a mostrar resultados que disipen las dudas en cuanto al rumbo económico.

La agenda

Como venimos destacando, uno de los objetivos inmediatos que trazó la política económica de Mauricio Macri es lograr que la inflación converja a niveles normales. La estabilidad de precios es condición necesaria para fomentar el ahorro y lograr niveles más elevados de la bancarización de la economía, que es una de las más chicas del planeta, incluso muy lejos de la de los países vecinos.

Es un objetivo tan ambicioso como necesario en el cual las condiciones iniciales no jugaron a favor: casi una década de inflación por encima de 20%, enorme atraso tarifario y un mercado cambiario dual, en el que convivía un tipo de cambio oficial y uno paralelo con una brecha del 60%. Es por ello que el Gobierno apostó todas sus fichas a la política monetaria con las tasas de interés como principal instrumento. Así, el mayor cambio entre el modelo actual y el kirchnerista es una política monetaria que sólo apunta a desacelerar la inflación dejando en un segundo plano a otras variables.

Con este marco de fondo, con el ajuste monetario realizado en la primera parte del año, sumado a un mercado cambiario relativamente estable y con un marco tarifario más previsible, la inflación mostró una saludable tendencia a la baja y está muy próxima al objetivo trazado por el BCRA (1,5% mensual para el cuarto trimestre). De hecho, el dato oficial del Indec que, como suele aclarar el presidente del BCRA, es el más representativo de todos (calcula el IPC de la región metropolitana, que es el de mayor cobertura y abarca al 40% de la población) en noviembre marcó un alza del 1,6% y 1,7% en la medición núcleo Así, tras un primer semestre que promedió un alza de más del 4% mensual, desde julio a noviembre bajó a 1,5% por mes. En otros términos, hace cinco meses que los precios suben por debajo de 20% anual.

Un paso clave

Pero el éxito de la desinflación no permitió bancarizar más la economía que, por el contrario, retrocedió. Si los depósitos privados no mejoran, el despegue del crédito no llegará. En los últimos doce meses los depósitos privados en moneda local tuvieron una expansión de apenas 23% interanual, lo que marca un importante caída en términos reales, y especialmente en las colocaciones a plazo fijo que tuvieron una expansión de apenas el 20% interanual.

Varios factores explican esta performance de los depósitos a plazo. En primer lugar, la política de esterilización implementada por el BCRA con tasas de interés muy altas de Lebac le quitó el potencial de crecimiento a la intermediación financiera, dado que el rendimiento que estas ofrecían (y ofrecen) ha superado con creces al de los depósitos a plazo fijo. De hecho, durante todo el año, la tasa de interés de los depósitos a plazo se ubicó 30% por debajo de la de las Lebac. Al mismo tiempo, la combinación de caída en el nivel de actividad con elevadas tasas de interés de corto plazo, derrumbó la demanda de crédito (hasta bajó la demanda en las líneas de crédito con tasas subsidiadas) y, con esto, los préstamos al sector privado en moneda local se estancaron. Con el crédito ajustando, el sistema financiero utilizó el fondeo de los depósitos para acumular liquidez y, por ende, las tasas de interés para captar plazos fijos aceleraron la caída.

En este contexto, la inestabilidad que generó la volatilidad en el tipo de cambio y el debate en torno a la imposición de un impuesto a la “renta financiera” impactaron en la evolución de los depósitos a plazo fijo que en los últimos 30 días presentaron una merma de casi $20.000 M. No es un dato menor y obliga a un seguimiento de cerca del tema.

Sin pausa

El camino para profundizar la intermediación financiera será muy lento. Con los bancos muy cómodos direccionando la liquidez al crédito al consumo, insistimos que el BCRA debe acelerar la baja en las tasas de interés para que sigan en retroceso las tasas activas y reactivar el financiamiento en moneda local a empresas. Ese será el camino que posibilite que los bancos achiquen el margen y apunten a ganar rentabilidad a partir de mayor volumen y eficiencia en sus negocios.

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