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Los desafíos de la industria

13 diciembre de 2016

El hallazgo de Vaca Muerta volvió a poner en los últimos años el foco en el potencial hidrocarburífero del país. No obstante, ni el desarrollo pleno del yacimiento de no convencionales ni el despegue de la actividad en su conjunto están garantizados, coinciden los especialistas.

En el aspecto internacional, lo que suceda con los precios internacionales será determinante. “Con un barril a US$ 60, empieza el interés”, sostiene Daniel Montamat. “Hoy tenemos un barril criollo que está en US$ 63 y las autoridades han manifestado su voluntad de internacionalizar ese precio, por lo que los nuevos actores se guían con las referencias internacionales. Si lo ven para arriba, los inversores van a tener mayor interés en las potencialidades que ofrece el país, porque nuestras potencionalidades pasan por el shale, que es de costos altos en su desarrollo inicial”, señala. En gas, menos internacionalizado y más cerca en Argentina del precio de paridad de importación en el margen, el impacto de su cotización internacional es menor.

En el plano local, no obstante, hay mucho que se puede hacer. “La industria tiene que ser competitiva con un precio parecido a los internacionales y hay un enorme trabajo que pueden hacer las provincias, los sindicatos, el Gobierno Nacional y las empresas”, plantea Nicolás Gadano, ex economista de YPF.

Los desafíos son varios. Montamat enumera tres: tener una macroeconomía estable, recorrer la curva de aprendizaje y reducir los costos laborales y de capital. Para los dos primeros, hace falta tiempo y dependerá de que el desarrollo energético sea una política de Estado.

“Al ser capital intensiva, a esta industria le corresponde las generales de la ley: enterrar capital cuando hay inflación, un tipo de cambio que todavía algunos dicen que está atrasado y tenés incertidumbre macro, es complicado ?describe?. A medida que se vaya despejando el horizonte macro y se vaya dando estabilidad, con un país que se reactive, va a ser mejor el resultado”.

Respecto al segundo, el nuevo horizonte tecnológico que presentan los no convencionales, requieren que el país recorra la curva de aprendizaje. “Algunas empresas lo están haciendo, pero todavía no hay producción que la haya pasado completamente”, sostiene Montamat. YPF, en parte, cumplió ese rol al ser el primero en poner pie en el yacimiento, reduciendo el riesgo para los futuros inversores en el área. A medida que se transite la curva de aprendizaje, eso irá diciendo dónde están los mejores rendimientos, cómo potenciarlos y permitirá desarrollar nuevas técnicas. “Eso también hace a la productividad relativa de los pozos”, plantea el actual director de YPF.

En tanto, sobre el tercer punto, la productividad laboral, se moviliza el Gobierno hace algunos meses con la búsqueda de alcanzar un nuevo convenio colectivo de trabajo con los sindicatos de yacimientos no convencionales. El convenio, que espera anunciar Mauricio Macri esta semana, busca la eliminación de las horas taxi (el pago de 100% de las horas de traslado al yacimiento de los operarios) y flexibiliza la modalidad de contratación y desvinculación de los trabajadores, entre otros aspectos. “Lo que podemos manejar nosotros son los costos”, aprueba Montamat.

En ese sentido, para Gadano, lo que hace falta es un acuerdo que involucre a todos los actores del sector. “Hay que trabajar para sentar primero las bases de cómo desarrollar la industria y en paralelo, pensar cómo repartir la torta. Si no, pasa que nos repartimos la torta antes de que la torta esté hecha”, grafica. “Este es un negocio de rentas. Rentas es precio, menos costos. Si los precios no los manejás y los costos son altos, no hay renta para repartir ni para que haya negocio”, coincide Montamat.

La dificultad para un acuerdo de esas condiciones, no obstante, la aporta el mapa actual del sector (ver aparte). Experiencias de acuedos similares hay, pero datan de la década del '30, cuando el ecosistema era muy distinto. “En un esquema muy atomizado, regulatorio, político y jurisdiccionalmente como el actual, esa coordinación es muchísimo más difícil”, señala Gadano.

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