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Los bancos apuntan sus cañones a profundizar el negocio digital

15 diciembre de 2016

La revolución tecnológica sigue modificando el negocio financiero a tal velocidad que ya se estima que para 2022 casi el 80% de los clientes bancarios será totalmente digitales, aunque aún le quedan muchos desafíos al sector financiero. Esa fue una de las conclusiones de un evento organizado ayer por el Banco Ciudad, donde uno de los focos fue sobre inclusión financiera y la revolución tecnológica en las finanzas.

Con diversas medidas que anunció este año, como la posibilidad de depositar cheques electrónicamente o usar un “alias” como CBU, el Banco Central vino fomentando esta tendencia a la digitalización financiera y espera que la tendencia se profundice. Su vicepresidente, Lucas Llach, aseguró ayer que uno de los principales objetivos será “igualar los incentivos” para que la gente use dinero electrónico en igual o mayor magnitud que el físico y que espera que “exploten las transacciones por celular”.

Para lograr el objetivo, Llach afirmó que lo importante será “facilitar las transferencias de persona a persona por celular”, por ejemplo permitiendo próximamente “hacer pagos instantáneos por teléfono sólo con el nombre o un 'alias'”. “La gente usa las redes sociales porque son fáciles y lo mismo empezará a hacer con el dinero por celular si se le facilitan las cosas”, sostuvo.

Para los bancos, además de representar una gran oportunidad de negocios, sumarse a esta “ola tecnológica” es inevitable. La gerente de Productos del Banco Galicia, Marcela Fernie, afirmó que “los clientes son los que van cambiando e incorporando hábitos de otras industrias tecnológicas y por eso los bancos tienen la necesidad de acompañar esto para no perder el negocio. Es imposible el crecimiento del sistema financiero si no está adaptado a las nuevas tecnologías”

Según Antonio Rivas, director de Gartner Technology Research, “el hecho de que algunas tecnologías alcanzaran su madurez al mismo tiempo, como las redes sociales y la nube, cambió el centro de decisión de cada uno para ofrecerle productos personalizados. E incluso, aseguró otro de los expositores, se podría también con estos datos evaluar quienes pueden llegar a ser “sujetos de crédito”.

Obstáculos

Sin embargo, aún hay algunos obstáculos que conspiran contra los objetivos de esta mayor digitalización. Uno es, según Fernie, que todavía hay una importante batalla cultural que dar contra el dinero físico: “Aún sigue habiendo grandes colas a principios de mes para retirar efectivo de los cajeros y encima para usarlo muchas veces para pagos presenciales, en vez de usar el homebanking”.

También, explicó Llach, hay otras cuestiones operativas del lado de los receptores del dinero: “El cuello de botella para que hoy se use más dinero digital no es el pagador sino el cobrador, para quien el sistema electrónico representa muchos costos (como los altos aranceles de las tarjetas) y burocracia (como el tiempo que tardan los comercios en cobrar de las tarjetas)”.

Pero más allá de estas cuestiones, las principales amenazas que tienen hoy los bancos en este negocio en crecimiento son las llamadas “FinTech (Financial Technology)”, empresas por fuera del sector bancario que ofrecen servicios de transacciones financieras. “A través de tecnologías muy simples ofrecen servicios de una manera mas eficiente que las entidades. Incluso, hay hasta un banco en Facebook, llamado Fidor, que ofrece todos los productos de un banco normal”, aseguró Rivas.

Llach explicó que el Central no puede regular las transferencias electrónicas que se hagan por afuera del sistema bancario, salvo que alguna de estas Fin- Tech empezara a captar depósitos: en este caso, se “necesitaría regulación porque podría haber riesgo sistémico”. En ese sentido, Liliana Rojas Suárez, del Center for Global Development, aseguró que “el riesgo para la estabilidad financiera aparece sólo cuando hay endeudamiento o depósitos pero no con transacciones, en cuyo caso lo máximo que podría registrarse son estafas al consumidor o problemas operativos”.

Pero además de las FinTech, no sólo esta “desintermediación financiera” es un riesgo para los bancos, sino el uso de criptomonedas (como el Bitcoin) que se mueven por afuera de las entidades financieras. “Es un gran desafío no sólo para los bancos sino para los entes regulatorios, ya que la pregunta es cómo establecer un control centralizado de estas monedas virtuales”, aseguró Rivas,

Mientras estos temas aún se debaten, Rivas sostuvo que los bancos siguen su transición a “una mayor digitalización de sus procesos”, aunque aclara que esto “no significa que toda la banca se volverá totalmente digital”. Y para Fernie, ya se está dando una importante batalla entre los bancos “para combatir el uso de efectivo por fuera del sistema”: según dijo, “el que lo haga mejor se llevará un gran negocio”.

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