Massa eligió, hasta aquí, un perfil de opositor constructivo y racional que suele ser muy valorado por amplios sectores de la sociedad. Por ese motivo, su imagen positiva es una de las más altas entre los políticos de proyección nacional. A medida que se acercaba el año electoral, Massa tenía decidido diferenciarse claramente del Gobierno, pero el episodio de Ganancias precipitó la estrategia. No sólo él se alejó del oficialismo sino que el macrismo salió a cuestionarlo duramente. La carta que le envió al Presidente, leída en un marco pretencioso no ayudará a cerrar la brecha abierta.
No obstante, de cara a las elecciones del año que viene, Massa no sólo debe ajustar su estrategia sino que debe superar su debilidad en materia de construcción territorial. Cuenta con sólo dos intendencias de distritos grandes de la provincia de Buenos Aires ?Tigre y San Fernando?, una cifra insuficiente para elecciones de medio término en las que no hay en juego candidaturas nacionales y que anuncian una batalla voto a voto en el territorio. Massa necesitará más recursos para enfrentar con posibilidades de éxito la elección de senadores en la cual estará acompañado por Margarita Stolbizer. La presencia de la líder del GEN le aporta una imagen de transparencia al Frente Renovador, pero también constituye un límite para avanzar en acuerdos con el peronismo. La idea de Massa es ganar el apoyo de amplios sectores sociales que históricamente votaron por el peronismo, sin necesidad de hacer acuerdos con el PJ.
El poder local
El peronismo, en sus distintas variantes, gobierna cincuenta municipios y, entre ellos, están los más poblados del GBA. Están divididos en varios grupos y el Esmeralda, que podría ser el más afín a ideológicamente a Massa, se reunió esta semana con Florencio Randazzo y no muestran ningún gesto de acercamiento al Frente Renovador. El juego de los intendentes es complejo porque casi todos ellos son imbatibles en sus territorios, pero no logran trascenderlo. Saben que desde un municipio no se llega a La Plata y, por lo tanto, su prioridad será siempre en cuidar la comarca. Frente a esa realidad tienen pocos incentivos para acordar con Massa. A todos les conviene mantener la mejor relación posible con María Eugenia Vidal que es una figura muy popular y que los provee de recursos. Hasta pueden elogiar a la gobernadora y tomar distancia del Presidente para reafirmar su identidad peronista que sigue siendo la identificación política mayoritaria en el GBA. Así los intendentes intentarán ganar las elecciones de concejales para no tener Concejos adversos y así poder retener el poder en sus distritos, punto de partida insoslayable para cualquier otro proyecto que tengan. La fórmula ganadora sería entonces: buena relación conVidal y mantener los lazos con el peronismo.
Los intendentes peronistas tendrán que demostrar habilidad para seguir esa fórmula porque implica tener un pie en cada vereda ya que la ancha avenida del medio de Massa tiene poco para ofrecerles por ahora.
