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En el 3° trimestre, se desaceleró la caída de la economía

23 diciembre de 2016

La actividad volvió a caer fuertemente durante el tercer trimestre, dio una variación interanual de -3,8%, una caída apenas mayor que la que se había registrado en el segundo trimestre. Se dieron caídas en casi todos los componentes de la medición desde la demanda, excepto en el consumo público, que creció a pesar de que es un componente que el Gobierno se había propuesto bajar. En cambio, la inversión y la exportación mostraron importantes caídas. El consumo también tuvo un muy mal desempeño.

¿Pasó lo peor?

Los datos publicados ayer por el Indec en el Informe de avance del nivel de actividad son muy malos e implican una caída total para los primeros nueve meses del año que llegó a -2,4%. Lo cierto es que ese número puede haber estado incrementándose en los meses siguientes hasta fin de año ya que no hay señales claras de piso.

Un dato da a entender que la caída aun no demostró haber tocado el suelo, pero sí que lo peor de la recesión pudo haber pasado, aunque muchos analistas aún se lo plantean como un interrogante (mucho de eso se pudo leer ayer en Twitter): la comparación intertrimestral desestacionalizada fue -0,2% (es decir, la medición del tercer trimestre contra el segundo, dejando a un lado las diferencias por estacionalidad). Ese dato había dado -1,9% en la comparación entre el segundo y el primer trimestre. Es decir, la velocidad de esa comparativa parece haberse desacelerado, aunque aún no demuestra variaciones positivas.

Puras contracciones

Un dato choca de lleno contra el relato del Gobierno en términos de proyecto. Desde el primer momento las decisiones de política económica, y las palabras del equipo que las protagonizan, apuntaron a un crecimiento enfocado mucho menos que antes en los consumos privado y público y mucho más en la inversión y las exportaciones. Semejante sesgo aún está lejos de plasmarse en los datos de la realidad.

Con el consumo privado cayendo 3,1% interanual durante el tercer trimestre, la inversión también mostró una contracción, incluso más importante que todas las demás: dio -8,3%. Las exportaciones, por su parte, mermaron 2,5%. Curiosamente, el único componente de la demanda que traccionó positivamente al PIB fue el consumo público, que creció 1,9%.

Floja inversión

La inversión (es decir, la formación bruta de capital fijo), que dio -8,3%, tal vez haya dado la peor de las noticias, más allá de la sensibilidad social que tiene un dato como el del consumo privado. Una mirada en detalle podría preocupar incluso más, si se ve que casi todos los componentes de esa inversión mostraron números negativos.

De hecho, la construcción cayó 13,2%. Otras construcciones (es decir, las de cuenta propia, las agropecuarias y las de pozos petroleros) se contrajo 17,8%. Maquinaria y equipo mermó 5,2% (los nacionales -4,1% y los importados -5,8%). Otros activos fijos (es decir, I&D y recursos biológicos cultivados) se retrajo 2,4%. El único componente que mostró una variación positiva fue el de equipo de transporte que creció 2,1% (aunque el nacional cayó 11,1% y el importado creció 25,2%, es decir que esa inversión no traccionó a la producción nacional).

Tal como detalló la consultora LCG, en lo que va del año la inversión redondeó una caída de 5%. “Para 2016 proyectamos una contracción total de 2,5%”, sostuvo en un informe publicado ayer.

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