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“El gran problema es que se dejó de pensar en el largo plazo”

08 diciembre de 2016

Entrevista a Fernando Peirano, Economista

Mientras se sigue discutiendo la reducción en los ingresos de investigadores al Conicet, El Economista conversó con el economista y ex subsecretario de Políticas del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Fernando Peirano, que considera que el principal problema es la falta de un horizonte de largo plazo.

¿La reducción presupuestaria en CyT implica abandonar una mirada de largo plazo?

Hasta el año pasado el sistema se iba expandiendo en el marco de una hoja de ruta que daba certidumbre. Hoy estamos en una situación en la que prima el corto plazo. Se están tomando decisiones sobre la marcha y ese horizonte se ha desdibujado. En un tema como ciencia y tecnología tener un horizonte claro es un ingrediente clave. Sólo hay que pensar que la gente demora años y tiene años de dedicación para formarse. Primero como profesional, después en cursos de posgrado. Finalmente logra una beca, inicia su doctorado y lo termina. Y ahora encuentra un cuello de botella importante porque las instituciones en las que habitualmente puede trabajar para aplicar esa formación están en pleno retroceso. No sólo el Conicet: esto es general a todo el sistema. Este año faltaron $4.500 M que impactan en el Ministerio, en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, en la Comisión de Energía Atómica, en el INTA... Y sólo nombro a algunos de los más importantes. Entonces se abandonó la trayectoria que marcaba el plan y estamos en una nueva dinámica, que está caracterizada por los cuellos de botella.

La comunidad científica se manifestó de inmediato, ¿qué piensan otros sectores?

Falta la voz de las provincias, que eran un actor clave en lo que se estaba haciendo y sobre todo la voz de las empresas, en especial las pymes, porque estos recortes, por ejemplo el de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el grueso de los fondos, más del 70% de los subsidios y créditos que se han dado hasta el 2015, iban a proyectos en los cuales participan empresas. Entonces los recortes van a impactar en poco tiempo sobre la continuidad de los proyectos de muchas pymes. En este momento no se están expresando.

Mencionó inicialmente que se desdibujó el horizonte de largo plazo. ¿Cómo es eso?

En 2015 ingresaron 943 investigadores. En 2016 debían ingresar 950 pero ya por la falta de recursos no se está cumpliendo eso y están más cerca de 800 las vacantes habilitadas y 150 quedan pendientes. No se pudo cumplir el compromiso. Y en 2017 se van a habilitar 385, sobre un llamado que había habilitado 960 vacantes. Las comisiones de evaluación trabajaron e hicieron recomendaciones sobre ese número. Es decir, de 2.500 personas que se presentan, se eligieron 960. Ahora se decide que no, que van a ser 385, o 445 si se incluye a los que vienen del exterior. Acá se hace un cambio de reglas que quiebra el proceso. Si alguien quiere revisar el tamaño del Conicet, que se haga de ahora para adelante, empezando por las becas, definiendo nuevos cupos y que tenga impacto dentro de dos o tres años. Pero, como es un problema de urgencia presupuestaria, se hace este cambio drástico. La falta de fondos ya se vio ahorao. El tema es que este año no llegaron las partidas de refuerzo, cosa que antes sí ocurría. Siempre el presupuesto inicial era menor a lo que se terminaba gastando. Esta vez no llegaron partidas extras y ya se anticipa que eso no va a ocurrir el año que viene.

¿Hay un falso dilema entre lucha contra la pobreza y apuntar a la CyT?

Nos guste o no el presupuesto de ciencia y tecnología es muy pequeño dentro del gasto público. Está en el orden del 1,5% del total. Entonces discontinuar una trayectoria haciendo tan dura la falta de fondos, sabiendo que la recompensa fiscal es mínima, debería obligar a dar alguna explicación extra. La segunda cuestión es que Argentina debe apostar al desarrollo con la combinación de tres elementos: los recursos naturales, la producción y valor agregado y finalmente el conocimiento. La singularidad de Argentina es que en cada uno de estos rubros tiene avances y capacidades destacadas aunque no suficientes. El falso dilema, entre pobreza y ciencia, está mal planteado. Argentina debe combinar conocimiento con producción y aprovechamiento de recursos naturales. Eso nos va a permitir salir de la pobreza y resolver los problemas estructurales del país. Es un elemento estratégico. Y tal vez ahí están los desacuerdos. Si la mirada ahora es otra, hace falta una explicitación de cuál es el rumbo y rol de la ciencia y tecnología en el proyecto de país. Ahí nos permitiría entender el desacuerdo y comprender por qué, si la recompensa fiscal del ajuste es tan pequeña, se pone en juego un sistema que costó mucho construir.

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