Para algunos medios en Estados Unidos, es inminente que Donad Trump anuncie la designación de Rex Tillerson (foto) como secretario de Estado, luego de haber considerado para ese cargo a dos figuras con muchos antecedentes políticos como Rudolph Giuliani (ex alcalde de Nueva York) y Mitt Romney (ex gobernador de Masachussetts y candidato republicano en 2012).
Tillerson es el CEO de Exxon, una de las mayores empresas del mundo. Si su incorporación se concreta, el gabinete de Trump apunta a ser integrado por muchos multimillonarios y por personas que provienen del mundo de los negocios. Algunos de ellos, curiosamente, defendieron en su momento el Acuerdo TransPacífico que Trump cuestionó durante toda la campaña y ya anunció que suspenderá las negociaciones para avanzar en ese tema.
Tillerson fue descripto por el Presidente electo como “un jugador de clase mundial” y que conoce a líderes de muchos países. Entre ellos, el líder ruso, Vladimir Putin. Después de todo, Exxon tiene operaciones en cincuenta países.
Pero contactos de negocios no son lo mismo que relaciones políticas y Tillerson carece de antecedentes significativos en la materia. Su designación tiene que ser aprobada por el Senado y, dadas las múltiples negociaciones que tuvo Tillerson con el Gobierno de Putin, hay analistas que consideran que los senadores pueden plantear muchos reparos.
Perry también
También se anticipó que el ex gobernador de Texas, Rick Perry, puede ser secretario de Energía. Con estos nombres en el gabinete de Trump, sumados a la última decisión de la OPEP, todo lleva a
suponer que el petróleo tendrá un precio mayor que en los últimos años, como casi siempre ocurrió, en los gobiernos republicanos.
