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El BCRA dejó la tasa en 24,75%

07 diciembre de 2016

por Mariano Cúparo Ortíz

El BCRA frenó ayer su ciclo de bajas de la tasa de interés de política monetaria, que tantas discusiones generó, y decidió dejarla quieta en 24,75%. A diferencia de las últimas semanas, la decisión esta vez no generó grandes sorpresas, ya que era esperada por la mayoría de los analistas en base al incremento en las expectativas de inflación que mostró el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) de noviembre realizado por propia la entidad.

Las explicaciones

El Comunicado de Política Monetaria justificó la decisión, justamente, por la variación de las expectativas inflacionarias medidas por el REM que, según la mediana de los más de 50 encuestados, en noviembre crecieron 0,5 puntos porcentuales respecto a lo que se esperaba en octubre para el IPC GBA de punta a punta del 2017. Pasó de 19,7% a 20,3%. Para la núcleo, en cambio, la variación de las expectativas fue de 0,6 puntos y pasó de 17,4% a 18%. En todos los casos, especialmente en el de la general, los números se alejaron del techo del 17% que el BCRA tiene como meta para el IPC GBA del 2017. En un régimen de metas de inflación, donde la autoridad monetaria se compromete a alcanzar un determinado incremento, disciplinando al mercado con las herramientas disponibles para lograrlo, en este caso la tasa de interés de las Lebac a 35 días (a partir del 1° de enero del año que viene será mediante la tasa de pases a 7 días), es esperable que ante un crecimiento de las expectativas la tasa no siga bajando.

Tasa positiva

En el BCRA consideran que un aumento de la tasa no solucionará el problema de actividad en el que se encuentra la economía actualmente, ya que históricamente el volumen de crédito productivo sobre el PIB es marginal. Por el contrario, consideran que mediante una tasa real positiva “de 3 o 4 puntos” se puede captar una mayor cantidad de depósitos que hagan crecer al mercado financiero y a la cantidad de fondos prestables para los créditos. Es decir, consideran, tal como lo ha dicho en diferentes ocasiones el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, que las tasas altas, junto a la desinflación, son el mejor camino a la reactivación del crédito. Esa tasa de interés positiva se redujo virtualmente desde 6,3% hasta 3,6% en noviembre, de acuerdo con una inflación esperada de 1,7% para diciembre, según el REM. Por eso, tal como esperaban muchos analistas, el margen para una nueva baja se había achicado. Lo que había generado desconcierto, y la creencia de que el Gobierno estaba influyendo sobre el BCRA, hace unas semanas, fue que bajo esos mismos conceptos la autoridad monetaria hubiese decidido bajar dos puntos la tasa.

Cambio de política El director de FyEConsult, Hernán Hirsch, dijo a El Economista que “la decisión del BCRA de mantener las tasas en un contexto de aumento de las expectativas y las presiones inflacionarias implica un cambio en la política monetaria. Meses atrás, con esta misma información, el BCRA hubiera dispuesto una suba de tasas”.

Y profundizó: “Es muy probable que hayan comenzado a incidir cuestiones políticas en las decisiones del BCRA. En tal sentido, el reciente mini ciclo de baja de tasas se verificó acompañado de una política fiscal de fuerte expansión del gasto público y en un contexto de creciente ansiedad porque aparezcan brotes verdes”.

La licitación

Las propuestas alcanzaron un nivel de $78.265 M, adjudicándose $78.030 M, lo que implica la renovación parcial del vencimiento que era de $96.765 M y una baja en el stock en circulación por $ 18.735 M, generando una expansión de la base monetaria de $21.242 M. Las tasas de corte se ubicaron en 24,75%, 24,31%, 24,05%, 23,55% y 22,83% para los plazos de 35, 70, 98, 161 y 287 días, respectivamente.

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