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El ajuste fiscal fue insuficiente

05 diciembre de 2016

por Gabriel Caamaño Gómez (*)

Ningún análisis económico sobre el desempeño macroeconómico general de la economía argentina o de alguna de sus variables fundamentales durante el primer año de gestión del presidente Mauricio Macri (MM) que aspire tener un nivel mínimo de consistencia debería obviar un dato fundamental: durante ese período el ajuste fiscal del Sector Público Nacional No Financiero (SPNNF) fue, en el mejor de los casos, insuficiente.

Todo indica que el gasto primario total del Sector Público Nacional No Financiero no se reducirá en relación al PIB mientras que el gasto primario corriente y el déficit primario se incrementarán perceptiblemente en relación a la misma variable.

Todo esto, aún a pesar de recursos extraordinarios derivados del blanqueo que ayudarán a mejorar el desempeño de los ingresos primarios durante el último tramo del presente año. Ingresos primarios del SPNNF que, recesión y recortes impositivos mediante (derechos exportación y Ganancias) se reducirán en poco menos de un punto porcentual del PIB respecto de 2015.

La única verdad? Profundizando. Si se corrigen las proyecciones macroeconómicas del mensaje de remisión de la recientemente sancionada Ley de Presupuesto 2017 en línea con los promedios del último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA se obtiene un PIB nominal de $ 7.826.241 millones para 2016. Que se obtiene corrigiendo la previsión de contracción real del PIB a precios constantes de 1,5% anual en 2016 que figura en dicho texto, por un consenso de mercado (REM) que hoy apunta a -2,3%. Todos los demás supuestos sin cambios.

Si además tomamos en cuenta que el último REM arrojó una proyección promedio para el déficit primario del SPNNF de $ 390.300 millones, podemos concluir que el consenso del mercado espera un rojo primario nacional, para el cierre de 2016, de 5% del PIB. Es decir, un punto porcentual por encima del rojo primario sin deuda flotante que registró el SPNNF en 2015 y al mismo nivel que el rojo primario con deuda flotante del último año de la gestión de CFK.

Los momentos

Ahora bien. El desempeño fiscal no fue parejo a lo largo de 2016. En particular, durante el primer semestre el gasto primario total y el ingreso primario total del SPNNF crecieron prácticamente al mismo ritmo, confiriéndole un sesgo neutro al frente fiscal.

En cambio, en lo que va del segundo semestre (julio-octubre) la situación cambió diametralmente, ya que la tasa de crecimiento interanual del gasto primario superó en 14,7 puntos porcentuales a la registrada por los ingresos primarios y en 13,5 puntos porcentuales a la registrada por la recaudación tributaria nacional durante el mismo período. Creciendo incluso varios puntos por encima del PIB nominal.

La previsión para lo que resta del año es que los ingresos primarios sostengan su ritmo de crecimiento nominal interanual y que el diferencial respecto de la tasa de expansión de los ingresos primarios se reduzca sólo como resultado del apalancamiento que experimentará esta última de la mano de los recursos extraordinarios derivados del blanqueo.

Por lo tanto, el segundo semestre de 2016 estará marcado por el retorno del sesgo expansivo al frente fiscal. Situación que muy probablemente derivará en el incumplimiento de las metas presupuestarias de déficit fiscal 2016. En términos nominales y en relación al PIB.

Lo dicho no es un dato menor para el esquema de política económica y, menos aún, para el equilibrio macroeconómico local. En ese sentido hay, como mínimo, tres menciones inevitables.

Se confirma el cambio en el enfoque económico del Gobierno, que habíamos anticipando hace ya varios meses en esta misma columna, esto es, la suspensión del proceso gradual de ajuste del gasto público nacional y de reducción de la presión fiscal. Al menos, hasta las elecciones legislativas previstas para octubre de 2017. Pues, básicamente, la propia Ley de Presupuesto 2017 nos dice que durante los primeros dos años de la gestión MM el ajuste fiscal será nulo desde el punto de vista del déficit primario y escaso desde el punto de vista del peso del gasto primario del SPNNF en el PIB. En particular, si se cumplen las previsiones de la Ley de Presupuesto 2017, lo que implicaría de por sí una mejora sustancial respecto de 2016, durante el próximo año la relación déficit primario SPNNF versus PIB seguirá ubicándose por encima del guarismo comparable de 2015 (sin deuda flotante)

En ese mismo sentido, la esperada recuperación del nivel de actividad local (primero anunciada para el segundo semestre y ahora implorada para el último trimestre de 2016) ya no sólo es esperada. Por el contrario, se la está traccionando decidida y significativamente desde el frente fiscal. Aunque, a decir verdad, luego de cuatro meses de tirón fiscal, los resultados son decepcionantes. Esto también implica un cambio de enfoque pues el Gobierno ya no apuesta a la oferta como tractora (producción, exportaciones e inversión productiva) sino nuevamente a la demanda interna (consumo privado y obra pública). Recordemos que Argentina desperdició los últimos cuatro años (2011-2015) insistiendo con la agotada estrategia del “tirón de demanda”. El 2016 no será la excepción. Y 2017 podría ser el clásico rebote, como lo fueron 2013 y 2015.

La responsabilidad de seguir profundizando y afianzando el proceso de desinflación recae cada vez más en forma exclusiva en la política monetaria, lo que reduce la sustentabilidad y la eficiencia de ese proceso como hemos ilustrado en columnas previas. Dicho de otra manera, la política monetaria sigue estando seriamente condicionada por la fiscal. Más allá que dicho condicionamiento, hoy, sea menos directo.

(*) Consultora Ledesma

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